Pobre Rosarito, el municipio suicida por excelencia, el que parece aferrado a acuchillar cada día la fuente que le da de comer, el que tiene los políticos tradicionalmente más incompetentes y los policías más corruptos de todo Baja California. ¿De qué vive Rosarito? Del turismo y de las inversiones inmobiliarias en el corredor costero. Quítale eso y no nos queda mucho más. ¿Y a qué se dedican los policías rosaritenses? Pues a desangrar turistas y residentes extranjeros. Por desgracia no es novedad, pero la diferencia es que con la actual alcaldesa el latrocinio policial ya cae en el descaro y se ha transformado en una burda cacería. El pasado fin de semana hicieron su “agosto” en julio. En sus semáforos eternamente descompuestos y en sus altos ocultos debes ir con mucho cuidado de que sus siempre hambrientos agentes no te hagan blanco de sus extorsiones. Te inventarán cualquier falta “gravísima”, amenazarán con quitarte el carro, con llevarte detenido y acto seguido te pedirán 500 dólares para dejarte ir. Si los cuestionas o intentas videograbarlos, entonces se tornarán violentos. Así le sucedió el sábado a Jacinto García, propietario de la tradicional tienda de surf Kilómetro 38. Intentó abogar por unos surfos que estaban siendo burdamente asaltados por los agentes, lo cual le costó ser golpeado y esposado frente a su negocio. Cuando su esposa y una empleada intervinieron, corrieron la misma suerte. Detenidas y esposadas. En Rosarito pueden asaltar tu negocio a mano armada al mediodía o meterse a robar a tu casa una mañana cualquiera y lo único seguro es que la autoridad no hará nada para ayudarte, pero eso sí, no se te ocurra ir a la playa, porque hasta diez patrullas irán por ti. Rosarito, el municipio cien por ciento turístico donde Uber es ilegal, pues la alcaldesa ha optado por entregar sus calles a una horda de taxistas abusivos; el lugar donde los mercados sobre ruedas, el comercio informal y los antros truenen sus chicharrones pero a un festival de arte le hacen la vida imposible. Es el municipio más joven pero Rosarito parece tener vocación por la decadencia. Su crecimiento comenzó hace 30 años y sin embargo Rosarito te mira con los ojos de quien jura haber vivido tiempos mejores, como un adolescente avejentado que se amargó antes de haber llegado a eso que llaman plenitud de la vida. Rosarito es un sueño eternamente postergado, la triste historia de una posibilidad de éxito nunca conseguido. Sí, nos quedan las puestas de sol tras las Islas Coronado, las olas furiosas, las aguas siempre heladas, el muelle abandonado, pero fuera de eso no queda mucho más. PD- Y los policías en Tijuana no cantan mal las rancheras a la hora de robar. El sábado, un cliente estadounidense de Carol que venía decidido a comprar un condominio, fue extorsionado por policías tijuanenses en las cercanías de la garita so pretexto de traer vidrios polarizados. Después de ser robado, el cliente escribió para decir que cancelaba su inversión y que jamás regresaría a México.
Monday, July 06, 2020
<< Home