Jamás imaginé que el mismísimo Perro del Mal, el tremendo James Ellroy, tuviera en su radar a Salvador Abascal y lo convirtiera en personaje de una de sus novelas. En “Esta tormenta”, su nuevo tamalón novelero de 688 páginas que todavía no he leído, aparecen algunos personajes reales como el cineasta Orson Wells y el fundador del sinarquismo en México, el mega mojigato Abascal. Según leo en las entrevistas y en las reseñas, en la novela Salvador Abascal mismo mata a alguien. Cuando el colega Alberto Olmos, de El Confidencial, le pregunta a Ellroy si no le preocupa que los descendientes del sinarquista emprendan alguna acción penal, el Perro responde, muy a su estilo, que le vale reverenda madre. Abascal sería el personaje ideal de un libro como La literatura nazi en América de Bolaño, pero me parece loquísimo encontrarlo dentro del universo narrativo del Perro. Ya me imagino lo que pensaría semejante catolicón cristero de verse como asesino en una novela negrísima escrita por un mega wasp de aquellos. ¿Lo sabrá ya la familia Abascal? Asumo que los descendientes del mojigato no son los prototípicos lectores de Ellroy. El Perro me genera sentimientos encontrados. Es rudo e intratable, pero al menos es un tipo que tiene las ideas muy claras y en estos tiempos tan infestados de ofendidos, da gusto escuchar a alguien que es el non plus ultra de la incorrección política y que no tiene empacho en llamar a las cosas por su nombre. Derechoso, anti-chairo de cepa, Ellroy no es precisamente ajonjolí de todos los moles. Su universo narrativo se limita casi exclusivamente al viejo LA de los años 30, 40 y 50. Odia los tiempos actuales y no habla de ellos. No tiene computadora, nunca navega en internet, escribe todo a mano y una secretaria le transcribe. Solo lee novelas policiacas y detesta cualquier otro género (intentó leer Dostoievski, pero la aburrió espantosamente a las pocas páginas y lo dejó). Considera a Chandler vil bullshit, cursi y payo, pero respeta a Dashiell Hammett. No tiene empacho en afirmar que la versión cinematográfica de su novela LA Confidential (con todo y Kim Basinger) es una puta mierda. No le interesa ningún otro deporte más que el boxeo (en semejante intolerancia se parece a mí, que solo me interesa el futbol y soy radicalmente indiferente al resto de los juegos). Vive obsesionado con el asesinato de su madre que le ha arrancado algunas de sus mejores páginas (Mis rincones oscuros, A la caza de la mujer); tiene rollos odiosos de cristiano renacido; es alcohólico rehabilitado y no permite que beban o fumen en su presencia y no tiene duda alguna de su talento. Supongo que no sería mi amigo, pero a la distancia me cae bien el muy cabrón. ¿Alguien ya leyó su nueva novela? Se me hace que será el primer libro post-cuarentena que compraré.
Sunday, June 07, 2020
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