Hoy Iker agrega un dígito a su edad. Atrás quedan a partir de este día los números solitarios. Hoy nuestro pequeñito acaricia el metro y medio y todo hace indicar que pronto rebasará en altura a su mamá. Antes de su llegada no sabíamos lo bella que puede ser la lluvia de diciembre ni intuíamos que el sentido de la vida entera podía caber en su mirada. Verlo emocionarse, brincar, abstraerse y de pronto bombardearnos con mil preguntas nos lleva a reinventar la razón por la que gira el mundo y lo infinito de sus misterios, siempre cuestionados por su vocecita que pronto empezará también a cambiar. Esta década, la mejor de nuestras vidas, ha sido ráfaga de viento en el mar. Un tiempo cuya rapidez parece habitar en sus piernas cada vez más largas, en sus manos casi adolescentes, en esa expresión donde se intuye ya el rostro de un muchacho. Diez años, 3 mil 652 días. El tiempo tiene prisa. Felicidades Ikercho. Te amamos.
Monday, December 09, 2019
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