Hablemos de ese viento de cambio tan de primavera revolucionaria. Hablemos de la bandera argelina sustituyendo a la de estado islámico. Hablemos de la blanca ropa de manta y lino, de los huaraches y la guerrillera de pantalón turco y sugerida trenza. Hablemos de la euforia: han triunfado nuestros laicos ideales, hemos escupido sobre superchería e infamia. Bajo la bandera de Argelia hay ahora escuelas públicas y yo, camino al cruce de Lomas del Valle y Vasconcelos en una tarde pre navideña, pensando en la redacción de mi post virulento e iconoclasta, elogiando el triunfo de la diosa razón y el liberador deicidio. Todos los dioses son malos, hemos herido de muerte al oscurantismo y algo me dirá Coneja en torno a la blanquísima ropa, un tanto pretenciosa e impráctica. PD- De la perogrullada del amanecer ya no sobrevivió vestigio.
Tuesday, March 28, 2017
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