La tormenta de verano desparrama su furia en el tragaluz, la tarde cae sobre La Condesa y Federico charla. Su voz navega de Palermo a La Paz, de Sciasia a Rulfo, de la sombra del padre al misterio de la creación literaria. Conversar con Federico Campbell es deleite puro.
Escucharlo hablar de literatura y descubrir tantos puntos de coincidencia en un recinto de lo sagrado como es su biblioteca es el equivalente a diluirte lentamente en la magia de un buen vino.
El recuerdo no poseído se fabrica; la memoria traiciona, juega bromas pesadas y tuerce los recuerdos; al final de cuentas, el escritor carece de pruebas de laboratorio. Federico Campbell escribe lo que recuerda, pues la memoria, atiborrada de equívocos, dicta párrafos caprichosos vestidos con el traje de la verdad aparente. Aguante Federico. Fuerza. Aun quedan muchas palabras por liberar en la estepa blanca.
Saturday, February 01, 2014
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