El Sol mentiroso de este enero yace infestado de rumores y presagios. Como en La muerte en Venecia, la enfermedad se arrastra oculta entre historias de horror e irrumpe como espectral sombra ante el silencio y el cantinfleo de la autoridad sanitaria, que hoy ya reconoce dos muertes cuando ayer ni siquiera admitía la existencia de casos. Hay algo artificial y siniestro en este calor invernal. Hay más de un demonio soplando este aire seco tan cargado de augurios. Acaso la enfermedad, como dice la Sontag, sea tan solo una metáfora, un sustantivo abstracto, una cuestión de interpretación, un ente difuso que para los hospitales privados ya puede ser llamado epidemia, aunque para el secretario de salud, habitante del país de no pasa nada, todo esté dentro de lo normal. Mientras tanto, una noche de verano se desparrama sobre Baja California en pleno enero y yo corro apuestas para ver si el rumor es capaz de volar más rápido que el virus.
Thursday, January 16, 2014
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