Una lluvia fría y machacona cae sobre Tijuana la mañana de aquel 20 de abril de 1988. El Gato despierta en su recámara y acaso se ha mirado en el enorme espejo que hay en el techo sobre su cama. Con su refrigerador vacío, el Gato no prueba bocado en casa y sale religiosamente a desayunar cada mañana en algún café cercano en donde casi por regla general algún espontáneo comensal se le acerca para contarle un chisme. En el momento en que Héctor despierta aquella lluviosa mañana, su casa está siendo vista a través de unos binoculares.
Friday, April 20, 2012
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