El universo Kundera fue de mis 18 a mis 22 años una suerte de altar literario. Por alguna razón consideré a Milan la más alta expresión de lo contemporáneo y me fleté absolutamente todas sus novelas y ensayos, al menos todas las existentes en español. Pero algo ocurre conmigo y ciertos autores. Después de un periodo de luna de miel me alejo un poco de ellos. Hay tres etapas en la vida de Kundera que se han visto plenamente reflejadas en su producción literaria. La primera es la del escritor checo combativo, la segunda la del escritor checo exiliado y la tercera la del escritor francés. En sus libros la filosofía de la historia parece explicarse a través del ser erótico, personajes que desnudan el absurdo del totalitarismo comunista al enfrentarlo al territorio erótico y lírico del individuo. Libros prohibidos en su momento, copiados y distribuidos en forma clandestina, hicieron de Kundera la voz humana que gritaba en el maquinal desierto totalitario. Pero hay algo que parece haberse ido para siempre cuando Milan decidió dejar de escribir en checo. Acaso su pluma se sintió extraña ante la blanca llanura de papel o tal vez una musa que no entiende la lengua Rabelais y añora la de Kafka, decidió morir y dejar al escritor a la deriva y ahora imagino a este otro K. checo pensando en francés mientras camina por los Campos Elíseos o los Jardines de Luxemburgo, como un Ulises en busca de su Ítaca literaria que ya nunca encontrará.
Wednesday, April 11, 2012
El universo Kundera fue de mis 18 a mis 22 años una suerte de altar literario. Por alguna razón consideré a Milan la más alta expresión de lo contemporáneo y me fleté absolutamente todas sus novelas y ensayos, al menos todas las existentes en español. Pero algo ocurre conmigo y ciertos autores. Después de un periodo de luna de miel me alejo un poco de ellos. Hay tres etapas en la vida de Kundera que se han visto plenamente reflejadas en su producción literaria. La primera es la del escritor checo combativo, la segunda la del escritor checo exiliado y la tercera la del escritor francés. En sus libros la filosofía de la historia parece explicarse a través del ser erótico, personajes que desnudan el absurdo del totalitarismo comunista al enfrentarlo al territorio erótico y lírico del individuo. Libros prohibidos en su momento, copiados y distribuidos en forma clandestina, hicieron de Kundera la voz humana que gritaba en el maquinal desierto totalitario. Pero hay algo que parece haberse ido para siempre cuando Milan decidió dejar de escribir en checo. Acaso su pluma se sintió extraña ante la blanca llanura de papel o tal vez una musa que no entiende la lengua Rabelais y añora la de Kafka, decidió morir y dejar al escritor a la deriva y ahora imagino a este otro K. checo pensando en francés mientras camina por los Campos Elíseos o los Jardines de Luxemburgo, como un Ulises en busca de su Ítaca literaria que ya nunca encontrará.
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