Eterno Retorno

Wednesday, March 23, 2005

23 de marzo

Todas las iglesias requieren de su mártir para existir y justificarse. Rasgarse las vestiduras ante la tumba del sacrificado es la liturgia que dignifica al credo. Por ello la figura de Luis Donaldo Colosio le viene tan bien a los priistas. Anillo al dedo es poco para decir lo bien que les viene esta fecha como pretexto para emprender sus soporíferos rituales. Luis Donaldo hecho como traje a la medida de las ambiciones del priismo tijuanense. Poco importa que entre los funcionarios tricolores que hoy gobiernan Tijuana no haya un solo colosisita. En realidad, los verdaderos discípulos de Luis Donaldo han abandonado el PRI. El Grupo Atlacomulco y la Marea Roja representan la antitesis total del discurso del 6 de marzo de 1994, elevado hoy en día a la categoría de testamento del colosismo ¿No es una incoherencia que acudan a llorar a Lomas Taurinas portando propaganda de Madrazo para Presidente? ¿Qué pensaría Luis Donaldo Colosio de un Jorge Hank? ¿Qué pensaba de su señor padre, el Profe Hank González? Eso no importa. Lo que pensara Colosio es lo de menos. De hecho, aquí el que menos importa es el pobre candidato del pelo afro al que la bala de Mario Aburto se llevó de encuentro. Olvídense de Colosio. Lo importante es tener un mártir. Los aniversarios luctuosos suelen ser pretextos buenísimos para reunirse, llorar y decir que la lucha del partido tiene sentido, que el tricolor está vivo y vaya que lo está. Lomas Taurinas entró en la geografía y la historia nacional gracias a una bala. El 23 de marzo, sus lodosas laderas ven desfilar carros de lujo y sus pobres habitantes se aburren soberanamente con peroratas solemnes. Los otros 364 días del año, Lomas Taurinas vuelve a ataviarse con el traje de la miseria y el anonimato.