Eterno Retorno

Tuesday, March 15, 2005

Idus de Marzo
Más notas breves sobre esta breve vida

Idus de Marzo. Este día sí tuvo piel de Primavera. Hay un cielo y un olor de viento que Marzo no comparte con ningún otro mes. Cuídate de las Idus de Marzo. Julio César olvidó al oráculo cuando entró tan campante al Senado ¿O será cierto que iba con plena conciencia de que sería asesinado y él decidió pagar con su inmolación el precio de la inmortalidad?
Idus de Marzo. Colosio leía (o decía que leía) a Shakespeare. Ignoro si leía a Suetonio. Lo cierto es que cuando descendió por las laderas de Lomas Taurinas olvidó las Idus de Marzo.
¿Idus de Marzo? Me quedó con esa fenomenal rolita instrumental que abre el álbum Killers de Iron Maiden.

A Mankell lo crucifican sus finales, pero lo salva su inquebrantable fidelidad a lo deductivo, el compromiso con el personaje y su pasión por el detalle. En definitiva, me estoy wallanderizando.
Justo cuando acabo de concluir Asesinos sin rostro, el primer libro de la colección, mi colega René Gardner de Reforma me ha prestado Cortafuegos, el más reciente de todos.

Comienzo también una biografía de Iván El Terrible, escrita por el historiador moscovita Henri Troyat. Nada más apasionante que las biografías de los tiranos, los dementes del poder, los extravagantes del trono. Y eso no es nada comparado con lo que tengo planeado escribir.

Inmerso en el ambiente de la grilla política, chapoteando en el fango de la hipocresía humana, en medio de seres capaces de arrojar veneno con tal de seguir aferrados a las ubres del poder, he comprobado una vez una máxima del arte del combate y el exterminio: Si quieres empezar a desarmar a tu peor enemigo, hazle un favor y trátalo bien.

Platicando con mi amigo Pedro Beas, coincidimos en que Tijuana aún está en espera de la novela que la defina y la nombre. Lo peor de todo, es que tengo grandes y fundadas sospechas de que esa novela se va a escribir muy pronto y no será escrita por un tijuanense, ni siquiera por un mexicano. Será un extranjero que vendrá a pasar unas cuantas semanas en nuestras calles, recogerá algunos clichés, atiborrará sus alforjas de lugares comunes, de leyendas que todos masticamos a medias inmersos en el tedio, las meterá a la cocina de una editorial comercial, las condimentará con las salsas del buen vendedor de historias y se ofrecerá en todos los supermercados y será el punto de referencia de Tijuana para miles de seres en el mundo, mientras los tijuanenses hacemos corajes y lo llamamos oportunista, impostor, maquilador de literatura chatarra, promotor de una falsa Tijuana a la que su pluma convertirá por arte de magia en verdadera. Lo que es un hecho, es que Tijuana pide a gritos su novela.

No veo la razón por la que los analistas políticos hacen tantos esfuerzos por explicarnos lo que le sucede al PAN. Como si se necesitara ser politólogo para darse cuenta que ese partido está cavado su propia tumba, que parece tener un morboso afán por suicidarse todos los días y lograr que estos seis años de foxismo pasen muy pronto a hacer un accidente más en la accidenta historia de nuestro país.


La gente me dice que yo leo muy rápido y suponen que en casa no hago otra cosa más que leer
Si supieran que leo mucho más sentado asientos de taxis o en las salas de espera de siniestros ministerios que en el respaldo de nuestra cama o el sillón de nuestra sala. La vida diaria está llena de tiempos muertos. Su único antídoto posible es la lectura.

Un hecho concreto con el que inicie ayer mi semana, me hizo recordar el número 15 de la colección Astérix y Obélix llamado La Cizaña.


Léase al ritmo de The Number of The Beast de Iron Maiden. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, SEIS. SEIS. SEIS. Ja, ja, ja. No deja de ser una paradoja que sea el Tigre quien le pinte al Diablo su propio número en la frente.
Atáscate diablito rojo y muerde la sacra tierra de San Nicolás de los Garza. Por lo que a mí respecta, cada uno de los seis goles me sabrá a delicioso sorbo de Tequila Herradura.


La persecución de Villa

Toda la gente en Chihuahua y Ciudad Juárez, muy asombrada y asustada se quedó
Sólo de ver tanto gringo y carrancista, que Pancho Villa en los postes les colgó
(otra versión dice sin orejas los dejó)


La gente se espanta con las temáticas de los narcocorridos. Dicen que sus letras son agresivas y exaltan las sangrientas hazañas de forajidos, bandoleros y rinden pleitesía a quienes viven fuera de la ley. Ya he dicho en otra ocasión que no sólo de metal vive el hombre. Aunque usted no lo crea, me se muchísimos corridos de la Revolución. Los corridos actuales no me gustan musicalmente, pero los de la Revolución me parecen fenomenales. Y la verdad es que no veo de que se quejan las buenas conciencias. La Revolución costó un millón de muertos o más. Las guerras del narco sólo unos cuantos miles. La crueldad de algunos revolucionarios dejaría helados a los más salvajes capos del narco. Sin duda Rodolfo Fierro hubiera hecho palidecer a Ramón Arellano y si bien en teoría había ideales de democracia, no reelección y justicia social, lo cierto es que las tropas villistas, carrancistas, zapatistas, obregonistas, orozquistas y huertistas, poco sabían de causas políticas y sí mucho de pillaje y rapiña.

En fin, aquí les dejo para cultura general algunas estrofas de corridos clásicos, algunos revolucionarios y otros posteriores, que no hablan precisamente de florecitas y valores familiares.

La persecución de Villa

Toda la gente en Chihuahua y Ciudad Juárez, muy asombrada y asustada se quedó
Sólo de ver tanto gringo y carrancista, que Pancho Villa en los postes les colgó
(otra versión dice sin orejas los dejó)



La Toma de Zacatecas

Las calles de Zacatecas, de muertos son tapizadas
Lo mismo pasa en los cerros
Por el fuego de granadas

Los combates de Celaya

Esto es una matazón, madre mía de Guadalupe
¿Qué haremos con tanto muerto? Ya la tierra los escupe

Arnulfo González

Que bonitos son los hombres, que se atan pecho a pecho
Con su pistola en la mano, defendiendo su derecho.