Eterno Retorno

Wednesday, February 02, 2005

U2

Cada que se aproxima una gira de U2 siempre se arma el mismo barullo con las filas de gente que se desvive y acampa afuera del Sports Arena por comprar un boleto. La verdad nunca he entendido ni compartido el fanatismo que genera esa banda. Pese a que es considerado un grupo emblemático de mi generación y pese que conozco a muchísima gente de mi edad cuya vida fue marcada por estos irlandeses, yo ante esa banda siempre he mantenido una absoluta indiferencia. Digo, no me molesta ni me desagrada ni llegaría un momento en que dijera quita esa mierda o voy a taparme los oídos. No. Pero tampoco hay una sola canción de ellos que me provoque algún sentimiento o me genere una mínima emoción. Me son absolutamente indiferentes y soy apático ante su música. Pese a que desde mi adolescencia he conocido tipos cuyos cuartos estaban tapizados con posters de Bono y acudí a cientos de fiestas donde la música de fondo era In the Name of Love, a mí me genera indiferencia y no pagaría un centavo por ir a un concierto de ellos, aunque si alguien me lo invitara (¿quién carajos te va a invitar Daniel?) sí acudiría (lo que no sucedería, claro está, con una tocada de rap o hip hop, a la que no acudiría ni aunque me pagaran por ello) Hay otros productos masivos de los 80 que me motivan un poquito más. Digamos que toda una generación se masturbó con Depeche Mode o The Cure, que hasta eso que sí me agradan y tienen rolas que me gustan (incluso acudí y disfruté bastante el concierto de Depeche en abril del 94 en Monterrey) Sin embargo U2 nomás no me produce un carajo. Sus canciones son ante mí como una mujer frígida y desabrida. Ahora que si a grupos populares y masivos vamos, yo soy mucho más feliz escuchando los Rolling Stones y los Beatles.