Eterno Retorno

Wednesday, December 08, 2004

Nostalgia hardcorera

En el blog de Morcillo http://menosquecero.blogspot.com/ leo una serie de crónicas sobre la punkósfera defequeña de finales de los 80 y principios de los 90. Carajo, es para cagarse de risa que en una ciudad de 20 millones de habitantes, haya tantos nombres y anécdotas que me resulten familiares, como si de un pueblito se tratara. Un vil rancho punk donde veías las mismas caras cada fin de semana. El Ganso, el Mosh, el Aguarrás, el Warpig, puro personaje de aquellos años, infaltables los sábados en el Chopo. Yo también fui a las tocadas de La Polla en el LUCC y en Pantitlán, a Eskorbuto en Tlane y los inolvidables toquines hardcoreros con Masacre 68 y Atoxxxico. Carajo. Seguramente topé a Morcillo en muchos de esos aquelarres de hace 15 años. La mitad de mi vida nada más y nada menos. Era un reverendo mocoso. Si bien mi pasión y mi bandera era desde entonces el metal, siempre simpaticé con el hard core, influenciado en gran medida por mi amigo el Rudy Cruz. Me llama la atención y me da gusto ver hoy adolescentes de 14 o 15 años que nacieron en la época en que yo iba a esas tocadas y que hoy gustan de Ramones, de Misfits, de Bad Religion. Veo los parches que venden en los puestos y son igualitos, idénticos a los de hace 15 años. Aquel estereotípico de las botas con la leyenda Condenados a Luchar, los símbolos de Crass y los Dead Kennedys, la infaltable camiseta de Ramones y el Fiend de Misfits. El tiempo no ha pasado. Sí, digamos que son morritos aficionados a internet y a las versiones más ultramodernas del Sega, que bajan rolas y usan MP3 cosa que no existía en mi adolescencia. Pero sus parches, sus Marteens, sus camisetas son las mismas. En el concierto de Misfits vi a cientos de catorceañeros cantando las rolas que yo cantaba hace catorce años. Y bueno, ¿qué puedo decir? Cuando Sex Pistols existió yo tenía dos años de edad y lo vine a descubrir hasta la adolescencia y los rucos sobrevivientes de esa época habrían visto con ternura y sorna como un mocoso de los años ochentas se enteraba de la existencia de Sid Vicious. No me explico este fenómeno.
Aunque sigo siendo un comprador compulsivo de discos, debo reconocer que hace mucho no compro un disco de hard core punk. A partir de mis veintes me quedé casi exclusivamente en el heavy metal y sus derivados, aunque escucho con cierta regularidad mis discos de Crass, de Agnostic Front, de GBH y por supuesto de Eskorbuto y La Polla. Por cierto que esta semana me he hecho de tres discos. Un par de conciertos de un par de bandas brasileñas de prog-power: Angra y Shaman y el nuevo de Therion. Discazo. En este momento son las 22:30 y aún estoy trabajando con el disco de Angra en los oídos. Carajo ¿Por qué escribo todo esto tan incoherente y mal redactado? Tal vez porque necesito pensar, escribir y hablar de cualquier tema que no sea Hank Rhon y el Ayuntamiento de Tijuana. La música siempre será un buen pretexto.