Eterno Retorno

Wednesday, November 24, 2004

(al más puro estilo José Alfredo)

Y VOLVER, VOLVER, VOLVER, A LA READACCION (Y A ETERNO RETORNO) OTRA VEZ

Tras un maratónico paseo de tres semanas por el Centro de Europa y la siempre bella Lutecia en donde el vino caliente se transformó en el mejor conjuro contra los cero grados de temperatura, vuelvo a nuestra Tijuana a tundir teclas.

Tres ríos: Sena, Moldava, Danubio. Tres catedrales: Notre Dame, San Vito, San Stephan. Tres ciudades: París, Praga, Viena. Ese fue nuestro viaje, al que debemos además agregar seis horas en el aeropuerto de Londres como consecuencia de un aterrizaje forzoso y una noche en Nueva York cortesía de American Airlines y sus malditos contratiempos que nos mantuvieron revoloteando por el cielo londinés con la certeza de que ahora sí la Santísima Muerte nos invitaría al baile como chambelanes.

Y bueno, pues aquí estamos y el mito del Eterno Retorno vuelve a consumarse una vez más, inexorablemente.

El que acabo de realizar es el cuarto viaje intercontinental de mi vida. Cada uno de ellos ha tenido su sello particular. En esta ocasión hubo oportunidad de visitar dos países por primera vez: Austria y la República Checa. Además comenzamos la aventura con una tercera vista a París que sin duda fue tan emocionante como la primera, pues como dice el buen Ernest, París no se acaba nunca.

Si en algo os interesa, ahí van algunos retazos de lo que fue este otoñal paseo por el antiguo Impero Austrohúngaro