Eterno Retorno

Sunday, December 12, 2004

En Monterrey existía ( ¿o existe?)un escritor que se llamaba Macedonio. No recuerdo su apellido y para ser honesto, nunca leí nada de él. Sin embargo, era un ser harto conocido que acabó por transformarse en leyenda. Viejo, gordo, desaliñado y putísimo por vocación. Yo solía encontrarmelo muchas veces caminando por la Macroplaza o de noche deambulando por las calles del Barrio Antiguo. Era el poeta maldito de los regiomontanos y aunque nunca leí un poema suyo, me se de memoria las negras leyendas que se narraban en torno a su persona. Que alguna vez comulgó por el culo, que fue llevado a leer sus textos a una reunión de damas de la alta sociedad regia que lo echaron a patadas escandalizadas por el nivel de sus blasfemias, que vivió muchos años en Nueva York, que era la oveja negra de una aristocrática familia etc, etc. La cuestión es que como nunca en mi vida he visto una foto de Macedonio Fernández, cuando pienso en el escritor argentino, me lo imagino con la cara y el cuerpo de Macedonio el regio. Imagen totalmente falsa, pues Macedonio el argentino era flaco como un anacoreta y Macedonio el puto era panzón. Pero así es esto de las imágenes literarias. Uno nunca puede gobernarlas y Macedonio Fernández, me parece un personaje más literario que real.