Eterno Retorno

Wednesday, August 11, 2004

Faltaban pocos días para el mes de agosto. Lo recuerdo bien por el efervescente clima electoral que se vivía en Tijuana, que me mantuvo en la redacción hasta altas horas de la noche recibiendo llamadas de asesores de los candidatos que intentaban filtrarme información comprometedora de sus rivales.
Por aquellos días hablé muy poco a Amber Aravena. Yo salía del trabajo pasada la media noche y cuando llegaba a casa, apenas me quedaban fuerzas para sacar a pasear al Tlacuache.
Al llegar al parque, invariablemente encontraba a Amber Aravena fumando sus tabacos pendencieros o mirando con su telescopio hacia donde estaba la luz púrpura que emitía Milena Herzingova desde las Islas.
Una de esas noches, Amber Aravena me pidió que la acompañara al café internet de Hacienda del Mar, que se encuentra en el segundo piso del centro comercial del fraccionamiento. Para mi enorme sorpresa, Amber contaba con una llave del negocio.

- El muchachito que atiende se enamoró de mí y me dio la llave para que entrara aquí a la hora que yo quisiera-, se limitó a decirme Amber mientras abríamos la puerta del cyber café a la una de la madrugada.

Sin mayores preámbulos, Amber me mostró una página web blog de un tal De Bray Yez Santoscoy en la que se narraba la historia del posible naufragio de unos jóvenes que navegaron hasta las Islas Coronado para celebrar una fiesta rave. Según lo narrado en la página blog, el hecho habría ocurrido el 31 de diciembre de 1999.
Le expliqué a Amber que en aquel entonces yo ya trabajaba en el periódico y jamás había escuchado nada referente a un naufragio, pero de cualquier forma me comprometí a investigar.
Como era de esperarse, ni el Cuerpo de Bomberos, ni los salvavidas, ni la Policía Municipal me supieron dar razón del supuesto naufragio, aunque pocos días después, mi amigo PG Beas me confirmó que un día de enero del 2000, apareció un sofisticado sintetizador de fabricación alemana en el fondo del Océano Pacífico. Yo me limito a transcribir lo que Amber y yo leímos en la página de De Bray Yezz.



Coronado Rave

Por De Bray Yez Santoscoy

Si se tuviera que elaborar una enciclopedia del rumor rockandrollero, nuestra península bajacaliforniana debería ocupar un tomo especial.
Y es que en estos terruños he escuchado las más inverosímiles narraciones sobre tocadas imposibles, encuentros apoteósicos con poetas malditos de la guitarra, anécdotas de rockstareos petulantes, orgías litúrgicas sobre rojas alfombras de pecado y palomazos privados en habitaciones de improbables hoteles.
Cualquiera que se aventure a una caguamera velada en la Revolución o la Zona Norte, tiene cierta probabilidad de encontrar en la barra a algún veterano de Avándaro, un sacerdote emérito de los Dead Heads o un angelito infernal venido a menos que le contará santo y seña de algún pasaje bíblico rockero a la que nadie, excepto los celestiales elegidos de las iglesias debrayadas, tuvo acceso.

Hagamos un resumen de las mejores anécdotas que han emergido desde las oscuras profundidades de una caguama y los ardientes confines de una bacha de mota que se extingue entre las yemas amarillentas de los arrugados dedos de un viejo hippie:

- Ví a Jim Morrison bailando en pelotas alrededor de una fogata encendida en medio de la Calle Coahuila un día del verano de 1969.
- Robert Plant y Jimmy Page se aventaron un palomazo con guitarra acústica en una lunada en la playa Salsipuedes.
- Una vez en Cabo San Lucas me encontré a Mick Jagger bien pedo y me pidió que tocara la lira mientras el cantaba Simpathy For The Devil.
- Los Iron Butterfly improvisaron una versión de In a Gadda Da Vida de 53 minutos en una tocada privada en el Hotel Rosarito.
- Lou Reed habitó durante años en una vieja casa en una playa virgen de Baja California Sur.
- Los Eagles pasaron varios meses en Loreto Baja California Sur y ahí fue donde nació su clásico Hotel California.
- Jello Biafra y sus Dead Kennedys tocaron en un patio de la Colonia Alatamira y se quedaron varias semanas rolando por ahí.
- Kurt Cobain de Nirvana, ataviado con un zarape, fue de rol a la Zona Norte y lo sacaron cargando del As Negro un día de 1990.


Estas son las anécdotas que me vienen a la memoria en este momento. Si quieren que sea sincero, en realidad he escuchado muchísimas más. Sin embargo, ninguna como la de el rave de las Islas Coronado, que es por cierto la primera gran leyenda, por no llamarle primera gran patraña, en la era de la música electrónica.
Que existía un plan para armar un rave en las Coronado, es algo que sí me consta. Yo mismo tuve el flyer en mis manos y si hago un esfuerzo, sin duda lo podré rescatar de entre ese cerro de papeles y discos viejos que es mi recamara. Que el rave se haya hecho y que los participantes hayan escapado a la realidad aparte o perecido ahogados en las aguas del Pacífico, es algo que no me consta.
El flyer me lo entregó Zarra Pazz Trozzo Trimigesto algún día de noviembre o diciembre de 1999, cuando lo encontré en la Ciruela Eléctrica. El Zarra había acudido a la tienda de la Calle Sexta a dejar un bonche de flyeres promoviendo el que según él sería el rave del milenio.

-O.P. Groove. El alucinaje no podrá ir más lejos. Ven a recibir el Milenio en la inmensidad del Pacífico-

Dj Dostoievski desde San Petersburgo
Dj Amasiatto desde Livorno
Dj Phara Pher Nalya desde Ibiza

Se contará además con la participación de videoastas locales y podrás presenciar el último performance del Segundo Milenio.

31 de diciembre de 1999
Islas Coronado, Océano Pacífico, Baja California.

Si quieren que sea sincero, no le creí un carajo al Zarra Pazz. Aunque lo conocía poco, sabía de sus proyectos fallidos, si bien su currículum como organizador de tocadas en otras entidades era más que respetable. Según cuenta la leyenda, el Zarra Pazz organizó un rave en el desierto de Icamole entre Coahuila y Nuevo León y una tocada con los góticos ingleses de Fields of the Nephilm en un paraje de la Sierra de Chipinque en San Pedro Garza García. Pero hasta donde tenía conocimiento, en Baja California no había logrado concretar todavía algún evento exitoso.
Cuando llegué a la Ciruela, el Zarra Pazz estaba emocionado platicándole el proyecto al Chano. La idea era salir de Popotla o Puerto Nuevo en un barquito e irse a las Islas Coronado desde el medio día. Los djs empezarían a tocar con la caída del sol y la música no cesaría hasta el amanecer del 1 de
enero.
No volví a ver al Zarra Pazz Trozzo, pero los flyers estuvieron pegados en varios rincones de Tijuana. Días antes de Navidad, fui a comprar mi última dotación de vinilos a la Ciruela y el Chano me dijo que el rave del Zarra se había cancelado, pues no había podido obtener los permisos del Ayuntamiento.
Días después, me encontré al PG Beas de Colectivo Nortec, quien me comentó que el Zarra Pazz Trozzo le había llamado para pedirle de manera insistente que fuera a tocar a las Islas, pero para ese entonces la agenda de los nortecos estaba más que saturada. Supe que efectivamente, el Zarra fue al Ayuntamiento a buscar la firma del jefe de Reglamentos a quien incluso intentó sobornar para que diera el visto bueno.
Finalmente, llegó el 2000 y di por hecho que rave de Zarra Pazz Trozzo no se había llevado a cabo. Hasta que un 12 de enero, deambulando en la Plaza Santa Cecilia, Ángel Ruiz, un editor aficionado a la música electrónica, me dio la noticia: El Zarra Pazz Trozzo se embarcó a las Islas Coronado acompañado de unos djs, al parecer rusos e italianos. Abordaron una lanchita de pescador en Popotla en la que treparon un sintetizador y una consola. Hacía muy mal tiempo. Nunca se volvió a saber de ellos. Ni salvavidas ni guardacostas dieron con los cuerpos ni con la lancha. La noticia se supo cuando el pescador de Popotla al que le rentaron la lancha fue a denunciar el robo de su embarcación.
Nadie reclamó nunca los cuerpos. El caso no tuvo mayores repercusiones pues dado que la Policía jamás tuvo evidencias, no fue incluido en los partes, más que como posible robo de lancha Como el pescador era un borracho de tiempo completo y medio y nunca aportó otra prueba a parte de su testimonio, la Policía desechó el caso.
Lo que pasó desapercibido, fue que un mes después, el músico de Nortec PG Beas, narró la historia de un sofisticado sintetizador de fabricación alemana encontrado en el fondo del mar por unos buzos a la altura de Mar de Calafia en Rosarito.
Lo cierto es que desde entonces nunca nadie ha vuelto a ver a Zarra Pazz Trozzo, aunque la desaparición de los djs se ha transformado en una leyenda de los círculos electrónicos.
Hay quien afirma que el rave se celebró y que Zarra Paz y los djs fundaron una electro comuna en las Islas Coronado. Los más dicen que se ahogaron en el Pacífico y unos cuantos, los más alucinados, aseguran que las Islas son un centro de energía electromagnética cósmica desde donde el Zarra y sus djs, como Don Juan Matus y Don Genaro, saltaron a la realidad aparte.