Por Daniel Salinas Basave
Decir que leer a Rafael Ramírez Heredia es un deleite, ya no sería una novedad. La verdad es que han sido muchas las novelas que he leído de este escritor tampiqueño y todas ellas me han dejado un delicioso sabor de boca.
Sin embargo, sí puedo decir que La Mara, su última novela, es por mucho su obra más cruda y desgarrante.
Interesante y envolvente como todas las novelas de Ramírez, pero con un elemento de brutalidad del que carecen sus clásicos como El Rayo Macoy o M de Marylin.
Sin renunciar a esos párrafos que son capaces de contagiar el sonar de una canción, el olor del sudor en una piel o el sabor de una bebida pendenciera, el tampiqueño nos ha entregado una novela ruda.
Y es que no podía haber dulzura cuando la novela encarna a los abominables hijos demoníacos de nuestra era globalizada: La terrible Mara Salvatrucha.
Aunque la novela de Ramírez tiene altas dosis de periodismo y es el resultado de más de 70 días de convivencia en ese pequeño infierno que es la frontera de México y Guatemala, nunca renuncia a su vocación literaria.
Sí, digamos que coquetea descaradamente con esa sutil y a veces imperceptible frontera que separa al buen periodismo de la literatura, pero a diferencia de los migrantes centroamericanos que pueblan las páginas de su novela, la p?luma de Ramírez jamás traspasa esa línea.
El investigador, el periodista y el simple curioso, sin duda tendrán motivos de sobra para sentirse atraídos hacia esta novela, la primera en retratar con total crudeza el fenómeno de la Mara Salvatrucha.
Pero más allá de este grupo criminal que se multiplica como langostas, la obra nos de de beber el infierno en brebaje crudo al exponer sin tapujos el horror de la frontera entre Tecún Umán Guatemala, la Tijuanita del Sur, con su Norte particular, el Estado de Chiapas y su tren siniestro.
Creo que el menú literario sobre la frontera Norte es bastante grande, pero ¿Recuerdan ustedes alguna gran novela que nos llevara de la mano a ese desconocido universo llamado Frontera Sur? En ese sentido, no creo exagerar en mis pronósticos si digo que La Mara, más tarde que temprano, se convertirá en un clásico.
Decir que leer a Rafael Ramírez Heredia es un deleite, ya no sería una novedad. La verdad es que han sido muchas las novelas que he leído de este escritor tampiqueño y todas ellas me han dejado un delicioso sabor de boca.
Sin embargo, sí puedo decir que La Mara, su última novela, es por mucho su obra más cruda y desgarrante.
Interesante y envolvente como todas las novelas de Ramírez, pero con un elemento de brutalidad del que carecen sus clásicos como El Rayo Macoy o M de Marylin.
Sin renunciar a esos párrafos que son capaces de contagiar el sonar de una canción, el olor del sudor en una piel o el sabor de una bebida pendenciera, el tampiqueño nos ha entregado una novela ruda.
Y es que no podía haber dulzura cuando la novela encarna a los abominables hijos demoníacos de nuestra era globalizada: La terrible Mara Salvatrucha.
Aunque la novela de Ramírez tiene altas dosis de periodismo y es el resultado de más de 70 días de convivencia en ese pequeño infierno que es la frontera de México y Guatemala, nunca renuncia a su vocación literaria.
Sí, digamos que coquetea descaradamente con esa sutil y a veces imperceptible frontera que separa al buen periodismo de la literatura, pero a diferencia de los migrantes centroamericanos que pueblan las páginas de su novela, la p?luma de Ramírez jamás traspasa esa línea.
El investigador, el periodista y el simple curioso, sin duda tendrán motivos de sobra para sentirse atraídos hacia esta novela, la primera en retratar con total crudeza el fenómeno de la Mara Salvatrucha.
Pero más allá de este grupo criminal que se multiplica como langostas, la obra nos de de beber el infierno en brebaje crudo al exponer sin tapujos el horror de la frontera entre Tecún Umán Guatemala, la Tijuanita del Sur, con su Norte particular, el Estado de Chiapas y su tren siniestro.
Creo que el menú literario sobre la frontera Norte es bastante grande, pero ¿Recuerdan ustedes alguna gran novela que nos llevara de la mano a ese desconocido universo llamado Frontera Sur? En ese sentido, no creo exagerar en mis pronósticos si digo que La Mara, más tarde que temprano, se convertirá en un clásico.