Serenatas del subconsciente
A veces sueñas con rolas. Rolas completitas. Alguien te lleva una serenata en tu subconsciente. Ayer soñaba que bajaba libros de un librero muy alto al que me trepaba por medio de una escalera. No me acuerdo que libro buscaba pero sonaba clarito, con letra correcta y todo, Simpatía por el Diablo de los Rolling Stones. Un sueño curado. Ahora mismo son las 23:09 de la noche, estoy en la redacción, en mis audífonos suena la guitarra de Since I ve Loving You de Led Zeppelin y la mera verdad, luego de tanto trajín con esta pinche matazón, ya no se si de verdad estoy aquí o si más bien estoy soñando que escribo mientras escucho la onírica lira del Jaimito Página y la siempre seductora voz del Roberto Planta. ¿Estaré soñando?.
Mi modorra voz en Guanajuato
Hoy por la mañana, minutos antes de las 6:00, sonó el celular. Aunque para esas horas mis suelo suele ser ligero, confieso que estaba en las profundidades de un sueño de modorrísima densidad. Escuché una voz con acento chilango. “Hola Daniel, ya estás listo para entrar al aire” Y en eso recordé que dos días antes, una colega periodista de Guanajuato me había llamado para invitarme a contestar una entrevista telefónica para su programa de radio matutino allá en la tierra de José Alfredo. Putí-sima madre. Con mi amodorrada voz tuve que reconocer que lo había olvidado. La colega guanajuatense me pidió que hablar sobre los reportajes que escribí el año pasado sobre la secta brasileña Pare de Sufrir. El programa trataba sobre la penetración de las sectas en Guanajuato. Antes que yo, había hablado un sacerdote católico. Estos reportajes míos sobre sectas, psíquicos y charlatanes, tuvieron mucho éxito entre los jerarcas católicos. Muchos me felicitaron efusivamente por haber golpeado a esos herejes sectarios. Yo les aclaro seriamente que escribo desde el punto de vista de un laico no creyente y eso mismo aclaré esta mañana a los radioescuchas guanajuatenses. Si hubiera amanecido un poco más jacobino, les hubiera dicho que considero tan charlatanes a los Pare de Sufrir como al Vaticano y que si a negocios vamos, el oro que ha generado la corporación católica en 2 mil años no se compara a los tesoros de ningún monarca o empresa sobre el planeta. Pero respetuoso como soy, me limite a aclarar mi condición de laico liberal y preferí no entrar en debate con el sacerdote católico. Mal que bien, estaba hablando ante los habitantes de una tierra que no se distingue por su tole-rancia religiosa. Total, que les platiqué del exorcismo que me hicieron y el agua sagrada del Río Jordán (traída desde la llave del baño) que me vendieron a precio de oro.
A veces me sorprende le hecho de que hablando por teléfono echado en tu cama te puedas estar dirigiendo a un auditorio de una lejanísima ciudad.
Pero ya tengo algo de experiencia en este rollo de la radio. No sólo fue el primer medio de comunicación en el que me inicié en el ya lejano 1993 (este 18 de febrero se cumplirán 11 años), sino que ya es-tando en periodismo escrito me ha tocado hacer dos tres enlaces a radio. En septiembre de 2001 estando en Neza York, me tocó entrar varias veces al aire en una estación sonorense aliada de El Imparcial para narrar en vivo y en directo desde Ground Zero. Se sentía curada la sensación.
A veces sueñas con rolas. Rolas completitas. Alguien te lleva una serenata en tu subconsciente. Ayer soñaba que bajaba libros de un librero muy alto al que me trepaba por medio de una escalera. No me acuerdo que libro buscaba pero sonaba clarito, con letra correcta y todo, Simpatía por el Diablo de los Rolling Stones. Un sueño curado. Ahora mismo son las 23:09 de la noche, estoy en la redacción, en mis audífonos suena la guitarra de Since I ve Loving You de Led Zeppelin y la mera verdad, luego de tanto trajín con esta pinche matazón, ya no se si de verdad estoy aquí o si más bien estoy soñando que escribo mientras escucho la onírica lira del Jaimito Página y la siempre seductora voz del Roberto Planta. ¿Estaré soñando?.
Mi modorra voz en Guanajuato
Hoy por la mañana, minutos antes de las 6:00, sonó el celular. Aunque para esas horas mis suelo suele ser ligero, confieso que estaba en las profundidades de un sueño de modorrísima densidad. Escuché una voz con acento chilango. “Hola Daniel, ya estás listo para entrar al aire” Y en eso recordé que dos días antes, una colega periodista de Guanajuato me había llamado para invitarme a contestar una entrevista telefónica para su programa de radio matutino allá en la tierra de José Alfredo. Putí-sima madre. Con mi amodorrada voz tuve que reconocer que lo había olvidado. La colega guanajuatense me pidió que hablar sobre los reportajes que escribí el año pasado sobre la secta brasileña Pare de Sufrir. El programa trataba sobre la penetración de las sectas en Guanajuato. Antes que yo, había hablado un sacerdote católico. Estos reportajes míos sobre sectas, psíquicos y charlatanes, tuvieron mucho éxito entre los jerarcas católicos. Muchos me felicitaron efusivamente por haber golpeado a esos herejes sectarios. Yo les aclaro seriamente que escribo desde el punto de vista de un laico no creyente y eso mismo aclaré esta mañana a los radioescuchas guanajuatenses. Si hubiera amanecido un poco más jacobino, les hubiera dicho que considero tan charlatanes a los Pare de Sufrir como al Vaticano y que si a negocios vamos, el oro que ha generado la corporación católica en 2 mil años no se compara a los tesoros de ningún monarca o empresa sobre el planeta. Pero respetuoso como soy, me limite a aclarar mi condición de laico liberal y preferí no entrar en debate con el sacerdote católico. Mal que bien, estaba hablando ante los habitantes de una tierra que no se distingue por su tole-rancia religiosa. Total, que les platiqué del exorcismo que me hicieron y el agua sagrada del Río Jordán (traída desde la llave del baño) que me vendieron a precio de oro.
A veces me sorprende le hecho de que hablando por teléfono echado en tu cama te puedas estar dirigiendo a un auditorio de una lejanísima ciudad.
Pero ya tengo algo de experiencia en este rollo de la radio. No sólo fue el primer medio de comunicación en el que me inicié en el ya lejano 1993 (este 18 de febrero se cumplirán 11 años), sino que ya es-tando en periodismo escrito me ha tocado hacer dos tres enlaces a radio. En septiembre de 2001 estando en Neza York, me tocó entrar varias veces al aire en una estación sonorense aliada de El Imparcial para narrar en vivo y en directo desde Ground Zero. Se sentía curada la sensación.