Eterno Retorno

Thursday, January 22, 2004

Pasos de Gutenberg
13, 99 eruos
Anagrama
Por Daniel Salinas


Aunque no muy a menudo, uno se topa de vez en cuando con obras que parecen advertirnos desde el momento en que los abrimos: “Soy muy buen libro y me vas a poder soltar”.
Eso me pasó con “13, 99 euros”, novela del escritor francés Frederic Beigbeder. Aunque no soy amigo de otorgar títulos de mi novela favorita o cosas por el estilo, sí puedo afirmar que de los cuatro libros que he leído en lo que va del año, “13,99” euros es por mucho el mejor.
Aunque en el papel se trata de una novela con personajes y trama, lo cierto es la obra de Beigbeder puede leerse como un duro manifiesto contra el impero de la mercadotecnia y el consumismo.
Con un poco de suerte y buena promoción, “13,99 euros” bien podría transformarse en una bandera de rebelión contra la dictadura del consumo.
Para mirar la crudeza de un mundo en toda su oscura dimensión, a veces salen sobrando las furiosas prédicas políticas y las peroratas de supuestos oprimidos y resultan más efectivas unas cuantas pági-nas plagadas de ironía y desparpajo.
En 1995, una escritora también francesa llamada Vivian Forester, lanzó “El horror económico”, uno de los primeros dardos envenenados contra la supremacía del mercado libre.
Ocho años después, Beigbeder nos entrega “13, 99 euros”, algo que podría ser definido como las pesadillas de Huxley y Orwell convertidas en horrorosa realidad.
Y es que a diferencia de lo que sucede en “1984” o en “Mundo feliz”, en “13, 99 euros” Beigbeder no nos dibuja un universo futuro o ficticio.
Al contrario; el entorno en que transcurre la historia es terriblemente actual y su realismo es perturbador.
Desde la primera página Octave Parango, el personaje de la novela que narra en primera persona su historia, comienza por confrontar al lector.
Octave es un exitoso publicista que asume su rol con absoluto sarcasmo y se autodefine como un manipulador de conciencias y un vendedor de porquería.
“Os drogo con la novedad y la ventaja de lo nuevo, es que nunca lo es durante mucho tiempo. Para crear necesidades, sin embargo, resulta imprescindible fomentar la envidia, el dolor, la insaciabili-dad: éstas son nuestras armas. Y vosotros sois mi blanco”, nos dice el publicista.
Octave pretende abandonar su trabajo, pero no sabe cómo hacerlo. Quiere que lo echen a la calle, pero cada acción suya parece aferrarlo más al mundo de la mercadotecnia.
A diferencia de las monarquías absolutas o el fascismo, el totalitarismo de la publicidad del que par-ticipa el narrador, es una dictadura omnipresente e inmortal de la que no existe alternativa de liberación.
Como un Dante que recorre círculos infernales, Octave deambula por elegantes salas de juntas donde los ejecutivos se reúnen a planear estrategias de mercado.
La humanidad se transforma en un juguete de los publicistas, un ente sin voluntad sujeto a los caprichos de las compañías multinacionales y sus campañas de mercadotecnia.
Al final, uno no puede quedarse indiferente ante esta novela insolente y desparpajada que parece abofetear al hombre del Siglo XXI y su estilo de vida.
Y aunque la ironía del autor no excluye la risa, lo más perturbador resulta el hecho de que un míni-mo análisis autocrítico revela que el mundo de “13,99 euros” no es en modo alguno una exageración.
No por nada Beigbeder fue publicista durante 10 años, hasta que un día tiró todo a la basura y escribió este libro. ¿Se vale entonces leerlo como las confesiones de un criminal?