Incluyo ahora sí la crónica del concierto que escribí para su publicación.
Por Daniel Salinas
San Diego California (PH)
El ataúd volvió a abrirse una vez más y el espíritu maligno de Abigail se encargó de poseer a decenas de seguidores del metal que acudieron al 4&B de San Diego para ver y escuchar a King Diamond en el cierre del festival Bang Your Head 2003.
El controvertido músico de origen danés fue el encargado de poner punto final en la madrugada del lunes a un desfile de bandas que comenzó desde las 15:00 del domingo.
El maratón metalero incluyó agrupaciones de lo más diversas que iban desde un estilo gótico industrial como el practicado por Nocturne, hasta un ultra brutal death metal ejecutado por los sandieguinos de Downspell, que tuvieron a bien regalar a la concurrencia copias de su disco “No redemption”.
Pero las cartas fuertes del festival salieron a escena hasta que cayó la noche; los sandieguinos Cage, viejos conocidos de la escena local, empezaron a rasgar sus guitarras al filo de las 19:30.
Practicantes de un power metal limpio fiel a la escuela clásica de Judas Priest, Cage dieron un buen repaso a los temas de su último material Darker Than Black.
Esta banda, que por momentos recuerda a Iced Earth y cuyo cantante emula el estilo vocal de Rob Halford, no parece ser profeta en su tierra y no ha tenido en San Diego la buena respuesta que le han dado sus fans en Europa.
Luego de la intervención de los sandieguinos, tocó el turno a los texanos Pissing Razors, una banda que practica un estilo rápido y agresivo.
Las canciones cortas con batería machacante y gritos corrosivos al más puro estilo thrash-core que practica Pissing Razors, no consiguieron prender del todo en la concurrencia y su intervención cayó pronto en la monotonía.
Pero a las 10:00 de la noche el escenario estaba listo para recibir a los hombres del Norte, los padrinos históricos del death metal sueco: Entombed.
Este quinteto, liderado por L.G. Petrov y Jörgen Sandstrom demostró en el escenario que la música más extrema no está peleada con el virtuosismo a la hora de ejecutar sus instrumentos.
Con el arma letal que representa tener una batería tan contundente como la de Peter Stjarnvind y los oportunos coros de Sandstrom respaldando a Petrov, Entombed recetó más de una hora de virtuosismo deathmetalero.
Aunque dieron prioridad a temas de su disco Inferno tales como Retaliation, The fix is in o Nobodaddy, los suecos tuvieron a bien repasar canciones de sus obras más célebres como Clandestine, Wolverine y el emblemático Left Hand Path con el que dieron por terminada su actuación.
Faltaba media hora para la media noche y los más de 200 asistentes se amontonaban en torno al escenario aguardando impacientes la salida del hombre más esperado de la noche: King Diamond.
Sobre el escenario ya se había montado una suerte de improvisado cementerio con una reja, una cripta y un ataúd en donde podía leerse el nombre de Abigail.
Los largos minutos de impaciencia acabaron cuando Kim Bendix Petersen, mejor conocido como King Diamond vestido con una capa púrpura y portando su característico sombrero, salió al escenario. Una vez ahí, abrió el ataúd del que sacó un bebé de plástico mientras recitaba las estrofas de “Funeral”, el prologo que introduce su obra maestra Abigail.
Entonces su banda saltó al escenario y de inmediato se escucharon los acordes de Mansion in Darkness que desataron la euforia en el recinto.
Sin mayores preámbulos la banda ejecutó Family Ghost y The 7th Day of July, todas ellas de su disco Abigail, mismas que eran representadas por una chica vestida con un oscuro traje antiguo, que hacía el papel de Myriam, la madre de Abigail.
Para entender a King Diamond es necesario seguir la línea temática de sus álbumes, pues cada uno de ellos narra una historia y sus apariciones en vivo recrean escenas narradas por las canciones.
Abigail cuenta la historia de una bebé poseída por el Demonio que nace un 7 de julio de 1777 y que reencarna en 1845 en el vientre de una mujer llamada Myriam.
Pero el oscuro artista danés también se dio tiempo para repasar temas como “House of God”, “Slepless Nights” y “The Eye of The Witch”, antes de seguir con la segunda representación de la noche, que correspondió a las canciones de su nuevo álbum “The Puppet Master”, en el que King Diamond, haciendo el papel de un viejo titiritero movía con hilos a la misma chica que minutos antes había representado a Myriam.
Para entonces era ya la madrugada del lunes y el recinto parecía inundado por la infinita oscuridad del Rey Diamante.
Por Daniel Salinas
San Diego California (PH)
El ataúd volvió a abrirse una vez más y el espíritu maligno de Abigail se encargó de poseer a decenas de seguidores del metal que acudieron al 4&B de San Diego para ver y escuchar a King Diamond en el cierre del festival Bang Your Head 2003.
El controvertido músico de origen danés fue el encargado de poner punto final en la madrugada del lunes a un desfile de bandas que comenzó desde las 15:00 del domingo.
El maratón metalero incluyó agrupaciones de lo más diversas que iban desde un estilo gótico industrial como el practicado por Nocturne, hasta un ultra brutal death metal ejecutado por los sandieguinos de Downspell, que tuvieron a bien regalar a la concurrencia copias de su disco “No redemption”.
Pero las cartas fuertes del festival salieron a escena hasta que cayó la noche; los sandieguinos Cage, viejos conocidos de la escena local, empezaron a rasgar sus guitarras al filo de las 19:30.
Practicantes de un power metal limpio fiel a la escuela clásica de Judas Priest, Cage dieron un buen repaso a los temas de su último material Darker Than Black.
Esta banda, que por momentos recuerda a Iced Earth y cuyo cantante emula el estilo vocal de Rob Halford, no parece ser profeta en su tierra y no ha tenido en San Diego la buena respuesta que le han dado sus fans en Europa.
Luego de la intervención de los sandieguinos, tocó el turno a los texanos Pissing Razors, una banda que practica un estilo rápido y agresivo.
Las canciones cortas con batería machacante y gritos corrosivos al más puro estilo thrash-core que practica Pissing Razors, no consiguieron prender del todo en la concurrencia y su intervención cayó pronto en la monotonía.
Pero a las 10:00 de la noche el escenario estaba listo para recibir a los hombres del Norte, los padrinos históricos del death metal sueco: Entombed.
Este quinteto, liderado por L.G. Petrov y Jörgen Sandstrom demostró en el escenario que la música más extrema no está peleada con el virtuosismo a la hora de ejecutar sus instrumentos.
Con el arma letal que representa tener una batería tan contundente como la de Peter Stjarnvind y los oportunos coros de Sandstrom respaldando a Petrov, Entombed recetó más de una hora de virtuosismo deathmetalero.
Aunque dieron prioridad a temas de su disco Inferno tales como Retaliation, The fix is in o Nobodaddy, los suecos tuvieron a bien repasar canciones de sus obras más célebres como Clandestine, Wolverine y el emblemático Left Hand Path con el que dieron por terminada su actuación.
Faltaba media hora para la media noche y los más de 200 asistentes se amontonaban en torno al escenario aguardando impacientes la salida del hombre más esperado de la noche: King Diamond.
Sobre el escenario ya se había montado una suerte de improvisado cementerio con una reja, una cripta y un ataúd en donde podía leerse el nombre de Abigail.
Los largos minutos de impaciencia acabaron cuando Kim Bendix Petersen, mejor conocido como King Diamond vestido con una capa púrpura y portando su característico sombrero, salió al escenario. Una vez ahí, abrió el ataúd del que sacó un bebé de plástico mientras recitaba las estrofas de “Funeral”, el prologo que introduce su obra maestra Abigail.
Entonces su banda saltó al escenario y de inmediato se escucharon los acordes de Mansion in Darkness que desataron la euforia en el recinto.
Sin mayores preámbulos la banda ejecutó Family Ghost y The 7th Day of July, todas ellas de su disco Abigail, mismas que eran representadas por una chica vestida con un oscuro traje antiguo, que hacía el papel de Myriam, la madre de Abigail.
Para entender a King Diamond es necesario seguir la línea temática de sus álbumes, pues cada uno de ellos narra una historia y sus apariciones en vivo recrean escenas narradas por las canciones.
Abigail cuenta la historia de una bebé poseída por el Demonio que nace un 7 de julio de 1777 y que reencarna en 1845 en el vientre de una mujer llamada Myriam.
Pero el oscuro artista danés también se dio tiempo para repasar temas como “House of God”, “Slepless Nights” y “The Eye of The Witch”, antes de seguir con la segunda representación de la noche, que correspondió a las canciones de su nuevo álbum “The Puppet Master”, en el que King Diamond, haciendo el papel de un viejo titiritero movía con hilos a la misma chica que minutos antes había representado a Myriam.
Para entonces era ya la madrugada del lunes y el recinto parecía inundado por la infinita oscuridad del Rey Diamante.