He tomado la responsable decisión: No acudiré al Street Scene de San Diego. No creo que lo lamente mucho siendo realistas. En honor a la verdad he gastado cantidades industriales de dinero en los últimos meses y los 150, 200 o más dólares que me gastaría si sumamos cervezas, prefiero invertirlos en una buena afinada a la nave o en empezar a engordar un cochinito para comprar otra.
En realidad lo único que de verdad me duele es no ver a Sex Pistols. En el verano de 1996 estando en Massachussets me tocó ver la reunión de las Pistolas y para dichos efectos hasta renté una nave para poder llegar hasta Great Woods. Un Juanito Rotten rechoncho, cachetón y payaso fue capaz de ponernos en vibra pistoliana y aunque en honestas palabras de ellos mismos fue un porqueriozo y lucrativo tour, la verdad que fue un concierto memorable (la verdad todo el 96 fue memorable) A mí me gustó mucho.
También me latería mucho ver a Bad Religion y digamos que si de pilón me ofrecen a REM no me enojo aunque tampoco es mi máximo. La cuestión es que no acudiré. Tampoco es para tanto.
Con Maiden y Dio tuve más que suficiente para llenar mis oídos de calidad y con saber Slayer y Arch Enemy estarán por estos rumbos en noviembre, me basta y sobra para ser feliz. Ello me hace comprobar una vez más que yo puedo desperdiciar fácilmente un platillo de punk sin que me sienta mal por ello, pero jamás podré resistir un buen platillo de metal.
En realidad lo único que de verdad me duele es no ver a Sex Pistols. En el verano de 1996 estando en Massachussets me tocó ver la reunión de las Pistolas y para dichos efectos hasta renté una nave para poder llegar hasta Great Woods. Un Juanito Rotten rechoncho, cachetón y payaso fue capaz de ponernos en vibra pistoliana y aunque en honestas palabras de ellos mismos fue un porqueriozo y lucrativo tour, la verdad que fue un concierto memorable (la verdad todo el 96 fue memorable) A mí me gustó mucho.
También me latería mucho ver a Bad Religion y digamos que si de pilón me ofrecen a REM no me enojo aunque tampoco es mi máximo. La cuestión es que no acudiré. Tampoco es para tanto.
Con Maiden y Dio tuve más que suficiente para llenar mis oídos de calidad y con saber Slayer y Arch Enemy estarán por estos rumbos en noviembre, me basta y sobra para ser feliz. Ello me hace comprobar una vez más que yo puedo desperdiciar fácilmente un platillo de punk sin que me sienta mal por ello, pero jamás podré resistir un buen platillo de metal.