Cada vez leo más el blog de Tijuana en el exilio, tal vez por mi admiración por los países nórdicos y mi enorme deseo de vivir en uno de ellos.
Aunque me agrada mucho México y en particular Tijuana, siempre he pensado que debí nacer en un país de Escandinavia.
Me gusta la mitología nórdica y sinceramente me identifico mucho más con Thor y Odín que con los dioses mexicas. Entre mis discos hay creo más de 35 o 40 bandas suecas de metal y creo que no tengo un solo ejemplar de eso que llaman rock mexicano (Hay metal mexicano y punk mexicano, pero el rock mexicano tipo More FM es una reverenda mierda. Solo Santa Sabina se salva un poco y considero a las bandas del tipo Café Tacuba y similares como el mayor pedazo de excremento que puedes encontrar en una tienda de discos junto con el pop televiso)
Yo no conozco Suecia, aunque me ha tocado convivir de cerca con algunos suecos y me parecen gente por demás agradable. A mí en lo personal me gustan los lugares fríos y la gente fría. El único país nórdico que he visitado es Islandia a donde viajé en 1996 y realmente es un sitio que me gustaría para vivir.
Definitivamente no concuerdo con el autor de Tijuana en el exilio. Las cosas que el detesta de Suecia son las que me gustaría tener en México. Limpieza, privacidad, orden.
Me queda claro que yo no tengo nada de eso que llaman vibra o calor latino, ni fenotípica (eso es más que evidente) ni espiritualmente. No me identifico para nada con eso que se han dado en identificar como propio de las culturas hispanas, su supuesta pasión, su vibra caliente. Nada de eso. Soy un anti valor hispano. Detesto la devoción a la Virgen de Guadalupe y odio ese concepto de lo que llaman valores familiares mexicanos, basados en una organización patriarcal y complejo edípico. Por cierto, también me generan una repulsión sin límites los típicos valores de la cultura chicana.
Y si algo envidio de lo que narra Tijuana en el exilio es el sentido de la privacidad y el orden de los suecos. Odio que la gente tire basura y pegue de gritos en los camiones. Me repugna el nulo respeto al entorno, al medio ambiente y a la privacidad del otro que existe en este país. Me enferma ver mis amadas playas de Tijuana enpuercadas por cerdas familias que sin duda son devotas de la guadalupana y tienen mucho calor latino (y vocación de vasallaje y fracaso por cierto)
Cito textualmente a Tijuana en el exilio: - No sé porque los suecos aman tanta la privacidad de sus entornos, sin que nadie los moleste ni molestarse en ver quién es el que sube. A mi no me gusta, mil veces prefiero un ruidaje, un cantante, que un silencioso viaje a mi destino-
Yo en cambio tengo un obsesivo sentido de la privacidad. Si algo me gusta en un vecindario es que nadie me moleste de la misma forma en que yo no molesto a nadie. Lo malo es que siempre me joden con sus juntas de vecinos. En donde sí no concuerdo es en eso de la música bajita. A mi me gusta escuchar la música tan dura como sea posible. Siempre y cuando sea metal. De preferencia sueco por cierto.
Aunque me agrada mucho México y en particular Tijuana, siempre he pensado que debí nacer en un país de Escandinavia.
Me gusta la mitología nórdica y sinceramente me identifico mucho más con Thor y Odín que con los dioses mexicas. Entre mis discos hay creo más de 35 o 40 bandas suecas de metal y creo que no tengo un solo ejemplar de eso que llaman rock mexicano (Hay metal mexicano y punk mexicano, pero el rock mexicano tipo More FM es una reverenda mierda. Solo Santa Sabina se salva un poco y considero a las bandas del tipo Café Tacuba y similares como el mayor pedazo de excremento que puedes encontrar en una tienda de discos junto con el pop televiso)
Yo no conozco Suecia, aunque me ha tocado convivir de cerca con algunos suecos y me parecen gente por demás agradable. A mí en lo personal me gustan los lugares fríos y la gente fría. El único país nórdico que he visitado es Islandia a donde viajé en 1996 y realmente es un sitio que me gustaría para vivir.
Definitivamente no concuerdo con el autor de Tijuana en el exilio. Las cosas que el detesta de Suecia son las que me gustaría tener en México. Limpieza, privacidad, orden.
Me queda claro que yo no tengo nada de eso que llaman vibra o calor latino, ni fenotípica (eso es más que evidente) ni espiritualmente. No me identifico para nada con eso que se han dado en identificar como propio de las culturas hispanas, su supuesta pasión, su vibra caliente. Nada de eso. Soy un anti valor hispano. Detesto la devoción a la Virgen de Guadalupe y odio ese concepto de lo que llaman valores familiares mexicanos, basados en una organización patriarcal y complejo edípico. Por cierto, también me generan una repulsión sin límites los típicos valores de la cultura chicana.
Y si algo envidio de lo que narra Tijuana en el exilio es el sentido de la privacidad y el orden de los suecos. Odio que la gente tire basura y pegue de gritos en los camiones. Me repugna el nulo respeto al entorno, al medio ambiente y a la privacidad del otro que existe en este país. Me enferma ver mis amadas playas de Tijuana enpuercadas por cerdas familias que sin duda son devotas de la guadalupana y tienen mucho calor latino (y vocación de vasallaje y fracaso por cierto)
Cito textualmente a Tijuana en el exilio: - No sé porque los suecos aman tanta la privacidad de sus entornos, sin que nadie los moleste ni molestarse en ver quién es el que sube. A mi no me gusta, mil veces prefiero un ruidaje, un cantante, que un silencioso viaje a mi destino-
Yo en cambio tengo un obsesivo sentido de la privacidad. Si algo me gusta en un vecindario es que nadie me moleste de la misma forma en que yo no molesto a nadie. Lo malo es que siempre me joden con sus juntas de vecinos. En donde sí no concuerdo es en eso de la música bajita. A mi me gusta escuchar la música tan dura como sea posible. Siempre y cuando sea metal. De preferencia sueco por cierto.