Vocación de vasallos
México sigue siendo un país de vocación imperial, o más bien dicho con vocación de vasallos de una figura imperial a quien rendir infinita pleitesía. Las Leyes de Reforma fueron vapor, la creación de las grandes instituciones políticas y jurídicas son simple comida desechable. En la psique de México no hay instituciones ni leyes que valgan. El mexicano requiere sentir la omnipotencia en una persona. Sí, ahí sí coincido con Enrique Krauze y su teoría de La Presidencia imperial. Tlatoanis mexicas, virreyes españoles, caudillos insurgentes y revolucionarios, presidentes priistas y ahora... ahora Fox. A lo largo de mi vida he cubierto infinidad de giras presidenciales: Salinas, Zedillo y Fox. Todas igualmente teatrales y superfulas, ahogadas en las babas de la eterna lambisconería de esos cientos de rémoras y alimañas carroñeras que reptan en torno a la figura máxima. La ira y la risa se me confunden cuando pienso en los usos y formas del poder en México, ese hipócrita ecosistema de parásitos solemnes. Los medios deberíamos de ponernos de acuerdo un día e ignorar todos la gira del Presidente. Dejarlo hablando solo en el monte y publicar en portada la foto de un bello atardecer en el Pacífico con todo y delfines.
Hastiado de la política
A lo largo de mi vida he estado siempre demasiado cercano al teatro de la política. Sus costumbres y su lenguaje me son familiares desde niño. Recuerdo como me emocionaban las grandes manifestaciones de la campaña gubernamental de 1985 en Nuevo León y las movilizaciones ciudadanas contra el fraude de Jorge Treviño encabezadas por un joven y entusiasta Fernando Canales (sí el mismo cejón que te sugiere que no te de vergüenza ser uno más de los millones de desempleados) Siendo adolescente mi tío me invitó algunas veces a los eventos de la campaña de Salinas como candidato del PRI y más tarde, siendo él diputado, fui varias veces a San Lázaro a ver los encarnizados debates de la Legislatura salinista. Confieso que el asunto me emocionaba. En 1992 comencé a estudiar Ciencias Políticas, pero al final me recibí de abogado en 1996. A lo largo de mi vida estudiantil participé en cantidad de debates y concursos de oratoria. Por alguna razón tengo una endemoniada capacidad innata para hablar en público y ganarme auditorios, pero terribles limitaciones para conversar en privado y negociar. Leí los grandes textos de la teoría política; Maquiavelo, Hobbes, Rousseau, Locke, Cosío Villegas, solo por mencionar algunos. Mis materias favoritas en la escuela fueron Derecho constitucional y Derecho administrativo. Casi todos los días de mi vida tengo conversaciones con políticos o funcionarios públicos y desde que soy periodista desquito mi sueldo escribiendo sobre temas que el 80% de las ocasiones tienen que ver con política. Hoy en día, luego de haber cubierto la enésima gira presidencial de mi vida, me declaro absolutamente hastiado de todo lo que tenga que ver con el tema. No me pregunten como veo el rumbo del país o que pienso de las aspiraciones políticas de Martita o que me parecen los tiradores a la alcaldía de Tijuana. Basta, por favor. Mejor platiquemos del calor que hace en Tijuana, del triunfo del Pumas sobre América, de lo buena que sabe una Heineken bien fría, de lo chingón que estuvo El Enrabiado de Montes, de lo bien que me cae Violetta de Diablo Guardián, de la omnipresencia de Macedonio Fernández en los libros de Piglia, de Los últimos tres días de Fernando Pessoa, de que dentro de 11 días Maiden, Dio y Motörhead me volarán la cabeza de tanto hacerme headbanguar. De lo que sea pero por piedad, olvidémonos de la política. Aunque sea solo un ratito, pero yo pido paz.
Para olvidarnos de la política, mejor hablar de mujeres.
Mi amigo Yorsh pone en In my Room su Top 10 de la belleza. Aquí me permito poner el mío.
I - Carolina Cabello (indiscutiblemente)
II (en un remoto segundo lugar)--- Cristina Scabbia
III Asia Argento
IV Juliette Binoche
V Sophie Marceu
¿Cómo se llama la francesita que sale en La Playa? Bueno ella está sexto. Elizabeth Hurley en séptimo y como ya no me acuerdo quien más, diré que un sin fin de morras que he visto en las calles del Mundo, principalmente en el Viejo Continente y que te dejan literalmente con la bocota abierta.
México sigue siendo un país de vocación imperial, o más bien dicho con vocación de vasallos de una figura imperial a quien rendir infinita pleitesía. Las Leyes de Reforma fueron vapor, la creación de las grandes instituciones políticas y jurídicas son simple comida desechable. En la psique de México no hay instituciones ni leyes que valgan. El mexicano requiere sentir la omnipotencia en una persona. Sí, ahí sí coincido con Enrique Krauze y su teoría de La Presidencia imperial. Tlatoanis mexicas, virreyes españoles, caudillos insurgentes y revolucionarios, presidentes priistas y ahora... ahora Fox. A lo largo de mi vida he cubierto infinidad de giras presidenciales: Salinas, Zedillo y Fox. Todas igualmente teatrales y superfulas, ahogadas en las babas de la eterna lambisconería de esos cientos de rémoras y alimañas carroñeras que reptan en torno a la figura máxima. La ira y la risa se me confunden cuando pienso en los usos y formas del poder en México, ese hipócrita ecosistema de parásitos solemnes. Los medios deberíamos de ponernos de acuerdo un día e ignorar todos la gira del Presidente. Dejarlo hablando solo en el monte y publicar en portada la foto de un bello atardecer en el Pacífico con todo y delfines.
Hastiado de la política
A lo largo de mi vida he estado siempre demasiado cercano al teatro de la política. Sus costumbres y su lenguaje me son familiares desde niño. Recuerdo como me emocionaban las grandes manifestaciones de la campaña gubernamental de 1985 en Nuevo León y las movilizaciones ciudadanas contra el fraude de Jorge Treviño encabezadas por un joven y entusiasta Fernando Canales (sí el mismo cejón que te sugiere que no te de vergüenza ser uno más de los millones de desempleados) Siendo adolescente mi tío me invitó algunas veces a los eventos de la campaña de Salinas como candidato del PRI y más tarde, siendo él diputado, fui varias veces a San Lázaro a ver los encarnizados debates de la Legislatura salinista. Confieso que el asunto me emocionaba. En 1992 comencé a estudiar Ciencias Políticas, pero al final me recibí de abogado en 1996. A lo largo de mi vida estudiantil participé en cantidad de debates y concursos de oratoria. Por alguna razón tengo una endemoniada capacidad innata para hablar en público y ganarme auditorios, pero terribles limitaciones para conversar en privado y negociar. Leí los grandes textos de la teoría política; Maquiavelo, Hobbes, Rousseau, Locke, Cosío Villegas, solo por mencionar algunos. Mis materias favoritas en la escuela fueron Derecho constitucional y Derecho administrativo. Casi todos los días de mi vida tengo conversaciones con políticos o funcionarios públicos y desde que soy periodista desquito mi sueldo escribiendo sobre temas que el 80% de las ocasiones tienen que ver con política. Hoy en día, luego de haber cubierto la enésima gira presidencial de mi vida, me declaro absolutamente hastiado de todo lo que tenga que ver con el tema. No me pregunten como veo el rumbo del país o que pienso de las aspiraciones políticas de Martita o que me parecen los tiradores a la alcaldía de Tijuana. Basta, por favor. Mejor platiquemos del calor que hace en Tijuana, del triunfo del Pumas sobre América, de lo buena que sabe una Heineken bien fría, de lo chingón que estuvo El Enrabiado de Montes, de lo bien que me cae Violetta de Diablo Guardián, de la omnipresencia de Macedonio Fernández en los libros de Piglia, de Los últimos tres días de Fernando Pessoa, de que dentro de 11 días Maiden, Dio y Motörhead me volarán la cabeza de tanto hacerme headbanguar. De lo que sea pero por piedad, olvidémonos de la política. Aunque sea solo un ratito, pero yo pido paz.
Para olvidarnos de la política, mejor hablar de mujeres.
Mi amigo Yorsh pone en In my Room su Top 10 de la belleza. Aquí me permito poner el mío.
I - Carolina Cabello (indiscutiblemente)
II (en un remoto segundo lugar)--- Cristina Scabbia
III Asia Argento
IV Juliette Binoche
V Sophie Marceu
¿Cómo se llama la francesita que sale en La Playa? Bueno ella está sexto. Elizabeth Hurley en séptimo y como ya no me acuerdo quien más, diré que un sin fin de morras que he visto en las calles del Mundo, principalmente en el Viejo Continente y que te dejan literalmente con la bocota abierta.