Culpabilidad metalera
Leer el blog de PG Beas me ha redimido en el momento justo. Resulta que yo me siento terriblemente culpable por haber comprado un par de discos hace un momento. Pero leyendo su blog me entero que conoció a un amigo que se compró en una salida 700 discos de música electrónica. Ahí nada más por si le falta algo que oír para el fin de semana ¿Cuanto tardas en es-cuchar 700 discos?
Al leer eso me sentí un humilde franciscano sin bienes materiales. Comparado con él, mis cantidades de discos son el equivalente a la dosis de coca de un dealer de barrio a lado de las miles de toneladas de un Pablo Escobar. Luego entonces dejé de sentir culpabilidad.
De cualquier manera mis gastos se deben reducir al mínimo y debo acabar con la vibra hedonista. Y es que el próximo viernes firmamos las escrituras de nuestra nueva casa. Lo bueno apenas comienza. Lo que antes se gastaba en libros, discos y ríos de vino, se destinará a pisos, alfombras, herrería, cocina y un largo etcétera. Me esperan los seis meses más austeros de mi vida adulta.
El problema es que en mi los libros y discos operan como vías de escape y los requiero como un tecato a la heroína. Cuando deseo uno y no lo puedo adquirir empiezo a sentir síndrome de abstinencia.
Cuando este síndrome me ataca entonces corro el riesgo de saturarme y después me quejo de mi falta de tiempo para leer y escuchar discos como Satanás manda. Pero ha llegado el momento de decir basta. Al menos por hoy. Solo me concederé li-cencia para comprar algún título realmente fuera de serie en la Feria del Libro, lo cual doy por hecho que encontraré en el puesto de la Librería del Artesano de Ensenada que maneja un impresionante catálogo de Anagrama y Taurus.
Y claro, para liquidar otro par de discos que he dejado apartados con los ciruelos. Se trata de un doble de Gamma Ray titulado Blast from the past y el proyecto Demons and Wizards. Para aquellos no doctos en las ciencias metaleras vale la pena aclarar que Gamma Ray nace de la fractura de Helloween en 1991. Kai Hansen y Michaeal Kiske son sus fundadores y desde entonces mantienen una férrea rivalidad con lo que quedó de Helloween, aunque es un hecho que Hansen y Kiske eran el alma de las calabacitas germanas.
Por lo que respecta a Demons and Wizards se trata de un proyecto conjunto entre Blind Guardian y Iced Earth cuyo resultado es un power metal muy ortodoxo si bien la influencia del Guardián Cegatón es más notoria que la de la Tierra de Hielo.
Por lo que respecta a los discos que sí adquirí y que en estos precisos momentos escucho en mis audífonos, se trata de la última producción de Black Label Society, la banda del irreverente redneck Zakk Wylde. El disco se titula The Blessed Hell Ride. La guitarra de Wylde es inconfundible y la vibra de Sabbath se respira en cada nota.
El otro es el Crucible del señor Rob Halford el auténtico Metal God. Después de su salida de Judas, en 1991, la única figura declaradamente gay del heavy metal fundó Fight y después Two, esta última producida por Trent Reznor. En 2000 vuelve al más puro estilo heavy y la verdad es que le va mejor. Su voz sigue siento terriblemente potente y su banda actual (no conozco a ninguno de los músicos para ser honesto) toca realmente bien.
Una coincidencia de ambos discos: Los dos tienen en su portada cruces gamadas. En el caso de Black Label es su sello dis-tintivo y Halford parece adoptarlo. La iconografía de Black Label me gusta mucho Una cruz gamada negra en un fondo blanco con una calavera al centro y a los alrededores la leyenda Forever Strenght Merciless Determination. Me gusta para una camiseta.
Ociosidad Sanborns
Acudir al Sanborns a ver revistas es un ritual de auténtico ocio que no he podido superar. En las tres ciudades mexicanas donde he habitado lo practico con regularidad. Me gusta ver portadas de revistas, hojearlas y deleitarme riendo con aquellas que nunca compraría.
Me gusta imaginar las revistas como ventanas. De pronto estás frente a la sección donde se encuentran las revistas doñiles tipo Cosmo o Vanidades junto con la GQ o Maxim y otras varias decenas de productos similares y te das cuenta que en la portada de cada una de ellas hay y siempre ha habido una mujer con ese rostro de “no soy de este mundo”, diluido en una imagen de pretendido erotismo e inducida frivolidad, que sin duda ocultan un terrible aburrimiento o un cuerpo crucificado por dietas y cirugías. Desde hace muchos años, semana tras semana y mes tras mes, hay varias decenas de mujeres diferentes contemplando a los ociosos del Sanborns. En todas esas revistas, mes tres mes, hay un artículo de sexo “10 posiciones atrevidas que lo volverán loco” “Como saber si te engaña” “Tips para chicas malas” “¿Enamorada de su mejor amigo?” Los rostros de estas mujeres parecen destinados a perpetuarse en esas ventanas cada semana, cada mes. Cada que visites una revistería habrá decenas de mujeres gritándote desde la prisión de su portada, invitándote a que cambies las tuercas a tu vida comprando esa revista. El teatro de las redundancias también tiene una cara bella, que no por ello deja de ser redundante.
Señales de Welsh
Hojeando quien sabe que revista española, me entero que el escocés Irvine Welsh tiene nueva novela. Se llama Porno y es una continuación de Trainspotting, con los mismos personajes, pero 10 años después. Mark Renton vive en Amsterdam, Sick Boy es table dancer y Begbie está en la cárcel.
Pese a que tengo unos siete años de seguirle la huella a Irvine Welsh nunca había leído una entrevista con él en español o por lo menos no lo recuerdo.
Me agrada Welsh. Juega con el slang como pocos y su vibra es por demás picaresca. Según la entrevista, su acento y su jerga escocesa es casi incomprensible para un gringo. Ya me anda por leer su nueva novela.
En noviembre de 1996, estuve a su ciudad natal, Edimburgo. Viajé con la esperanza de poder entrar a un Escocia vs Suecia en Glasgow, partido eliminatorio para Francia 98. No encontré boleto pero pasé unos días memorables bebiendo en los pubs de ese maravilloso país del que alguna vez llegué a considerarme hijo adoptivo. A veces me pienso como una suerte de escocés hormonal.
A la tierra de Joyce
Mi hermana Ana Lucía se marchará a Dublín el 10 de junio. Me da un gusto enorme conocer la noticia y saber que piensa quedarse hasta noviembre. Es una gran decisión de su parte. Está en la mejor edad para salir y conocer otros horizontes. Me siento orgulloso de ella. Lo común en una regiomontana de 18 años es preferir la aburrida Sultana sobre todas las cosas y quedarse atada al novio y las amigas. Por fortuna mi hermana es muy inteligente y su mente tiene la suficiente apertura como para limitarse a un universo tan insípido como Monterrey.
Ojalá que el año entrante Carol y yo podamos rolar también por la tierra de Joyce y beber Guiness mientras leemos Finnegans Wake. Y claro, ojalá el tío Agustín siga siendo embajador. Ya me anda por viajar. Realmente envidio a mi hermana.
Loop literario
Mirando libros descubro uno de pasta blanca llamado Loop, historia de la música electrónica. Es de autores españoles. Tal vez si tuviera más tiempo que vida, algún día me sentaría a leerlo con música de Ministry o Skinny Puppy de fondo (es lo más electrónico que hay en mi colección) y con una tacha en mi organismo, aunque más bien necesito un ABC del fenómeno rave o un Techno for dummies de bolsillo, pues me confieso un absoluto ignorante en la materia.
Explicity Intense
Finalmente mi única compra fue una revista metalera que hasta hoy era desconocida por mi, llamada Explicitly Intense. Buen producto y muy nuevo (apenas llevan 11 números)
Lo poco que he leído hasta ahora me parece interesante. Las entrevistas profundizan más en temas políticos y religiosos que musicales. A menudo las revistas pasan demasiado tiempo hablando de cuestiones de la disquera y el estudio y no abordan la tremenda carga ideológica que hay atrás de muchas bandas. La entrevista con Napalm Death me parece interesante pues estos británicos hablan de su participación en Liberación Animal y Acción Antifascista, mientras que los suecos de Amon Amarth se refieren a lo que para ellos significa la mitología vikinga.
Pese a que mucha gente ha declarado nuestra muerte, en este mundo se siguen imprimiendo revistas metaleras destinadas a engrosar mi librero. En hora buena. Living for Metal.