Eterno Retorno

Monday, February 24, 2003


Conductismo y discos tributo

Yo me opero a mi mismo con un efectivo y oneroso sistema de premios. Mi sistema de fiscalización y control interno opera en base a estímulos. Soy mi propio psicólogo conductista. Cuando las cosas me salen bien, me otorgo premios. Después de tocar mucho la puerta y dar bastante lata, logré que el secretario general de la UABC Gabriel Estrella me diera una hora de su tiempo el pasado miércoles por la noche. Para premiar mi logro, fruto de mi insistencia, me fui a la Librería El Día de la Uni-versidad y me concedí un par de premios: El país de las últimas cosas de Paul Auster y El vendedor de viajes de Jaime More-no. Pregúntenme si ya los leí y responderé que no. Tengo más libros que tiempo. Pero ahí están, engordando mi acervo. Además el premio me lo merecía. Ya los comentaré en Pasos de Gutenberg.
Pero dado que como psicólogo conductista soy muy condescendiente conmigo mismo, el viernes, al terminar mi reportaje, me concedí otro premio. Fui a la Ciruela Eléctrica en busca de una antología de Obituary y un disco de Amon Amarath. Pero ¡que horror¡ otro espíritu metalero (veo que no soy el único en la ciudad) tuvo a bien comprarlos antes que yo y ya no esta-ban. Pero como me tenía que conceder mi premio a como diera lugar, decidí comprar un disco tributo a Ramones, llamado We are happy family. Normalmente no soy muy afecto a la fiebre de los tributos, pues raramente superan a las versiones ori-ginales de la banda, pero este de Ramones no me defraudó. Trae interesantes versiones. U2 con Beat on the brat, Red Hot Chili Peppers con Havana affair, Metallica con 53rd and 3rd, Kiss con do you remember rock n roll radio, Pretenders con Something to belive in y Rob Zombie con Blitzkrieg Bop. Prescindible solo Marilyn Manson con su KKK took my baby away. La verdad es que está simpático el disquito. A mi no me defraudó Ahora mismo escucho Sheena is a punk rocker con Rancid. Pero Carolina tiene razón al señalar que prefiere las versiones originales de Ramones. De hecho el viernes teníamos una reunión en casa y puse el disco y luego de unas cuantas rolas, se nos antojó más escuchar Ramones original. Más tarde, el tango tomó el control total de las bocinas.
Los discos tributo son un recurso fácil a menudo muy desafortunado, pero con imaginación se logran grandes cosas. Al me-nos tengo en la cabecera por lo menos cuatro tributos más que rescatables. Ahí va el top four-

Burning London ------El tributo a The Clash trae interesantes versiones de Rudy cant fall, London burning, White Riot a car-go de gente como los Bostoones, Silverchair, Moby, 311 y salvo una asquerosa versión rapera de Should i stay, vale mucho la pena.

Legends of metal----El tributo a Judas Priest tiene piezas memorables como Ripper a cargo de Mecyful Fate, Tyrant con Over Kill y Love bites con Nevermore.


Tribute to the beast---El homenaje a Maiden trae cosas más que rescatables. Tierra Santa toca una versión acústica Fly of Ica-rus Sinergy toca Number of the beast, Dark Tranqulity Acacia avenue, y Sonata Artica Die with your boots on (la mejor rola del disco)

Tribute to the gods- Aquí las bandas homenajeadas son varias y quien rinde el tributo una sola: Iced Earth. Con el God of thunder the Kiss y el Screaming for vengance de los Priest ya salimos más que ganando.


Quiero comprar el tributo a Dio llamado Holy voice of metal y el tributo a Metallica que acaba de sacar Nuclear Blast llama-do Four horseman. Si alguien los ve por ahí, favor de llamar a mi psicólogo conductista, que buscará con que premiar mi próximo reportaje.