Caterva de calafias y californios
Con
un guiño a Vidas imaginarias de Marcel Schwob, a Historia universal de la infamia
de Borges o a Historias falsas de
Goncalo M. Tavares, Caterva de calafias y californios está estructurado como un mentiroso
diccionario biográfico.
La
historia comienza en el momento en que Ánimas Rocafuerte, anciano
vitivinicultor del Valle de la Trinidad y buscador de pinturas rupestres y
reliquias de misiones, decide conformar una enciclopedia más grande aún que la
de Diderot y D’Alembert en donde se narre la historia oculta de los personajes
que imaginaron y construyeron las Californias. Rocafuerte va armando un
rompecabezas con retazos de pinturas rupestres, viejos pergaminos, recortes de
prensa, testimonios, grafitis y ligas a sitios ocultos en la red profunda.
El
diccionario arranca con la biografía de la mítica Reina Calafia, amazona mayor
de las Californias y la historia de Ginés de Larrazábal, integrante de la
expedición de Cortés por el Pacífico, que en el barco leía un ejemplar de Las
sergas de Esplandián y va construyendo en su cabeza la California
mitológica mientras navegan entre las islas. Aparece Juan Rodríguez Cabrillo,
Francisco Ulloa y el Padre Kino, primeros exploradores de la Península y la
Alta California, así como los corsarios chilenos y británicos que invadieron
San José del Cabo para jurar la independencia del territorio o el aventurero
William Walker, fundador de la fallida República de Sonora.
Aparecen
por supuesto los insurrectos magonistas que integraron la comuna anarquista
secesionista de 1911 y también los defensores de la trinchera bajacaliforniana,
los primeros zares del juego en la mítica Tijuana de los años 20, la galería de personalidades que se perdieron
en las noches blancas del Casino Agua Caliente, los fundadores rusos del valle
vinícola y el contradictorio Juan
Soldado, violador y santo.
Hay
también una galería de retratos de personajes recientes como la Maguana, ex
bailarina mulata y esquizofrénica, convertida en la indigente más célebre de
Tijuana; Rafa Saavedra y su noche tecnopoética; Noe Carrillo y su extraña
desaparición a la par de personajes siniestros como Ramón Arellano,
Jorge Hank y el Pozolero.
Son
biografías imaginarias, donde se narran posibilidades de destinos alternos,
casi siempre absurdos y con finales abiertos. El orden de las biografías es
cronológico.