Durante campaña electoral de 2018 decidí darme el lujo de no escribir un solo párrafo sobre política y me limité a acudir a votar el día de la elección. Cuando alguien me preguntaba mi opinión sobre el resultado del proceso y el futuro inmediato del país, mi respuesta era (y sigue siendo) siempre la misma: todo está resumido en la última frase del libro Nocturno de Chile de Roberto Bolaño: “Y después se desata la tormenta de mierda”. Pues bien, ahora mismo estamos inmersos en esa lluvia pestilente que a todos salpica. La tormenta de mierda ha resultado ser extrema e intensa y la padecemos todos los días de nuestra vida. Twitter parece ser su epicentro, el centro de la rabia y bilis negra, aunque en realidad está en todas partes. Los mexicanos tenemos harta experiencia en tiempos turbulentos marcados por la agitación política, pero honestamente no recuerdo una época tan cargada de mala vibra, con tantísimo veneno y mala entraña como esta. Corríjanme si me equivoco o soy subjetivo, pero yo no creo haber visto al país tan dividido, fragmentado e irreconciliable como ahora.
Tuesday, July 07, 2020
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