Forjarte un estilo, encontrar tu voz narrativa, he ahí el dilema. Mi problema a estas alturas es que ya la encontré (o ella me encontró) y ahora no puedo escapar de esas arenas movedizas. Dice la Coneja que después de muchísimo cocinar acaba por hartarse porque todo absolutamente le sabe a su sazón. Yo todo lo que pruebo me sabe diferente, pero ella dice que le sabe igual. Bueno, pues conmigo ocurre algo similar a la hora de escribir. Todo lo que arrojo al papelajo tiene un tufo odioso que me delata. Hasta esto mismo que ahora escribo yace atrapado en ese engranaje delator. ¿Cómo carajos escribir algo que no sepa a mí? Me leo y me reconozco. Hay cosas menos peores que otras, pero todo suena más o menos igual. Para qué nos hacemos pendejos: el tono es el mismo ¿Es eso una virtud? Me gustaría poder engañarme, ponerme trampas y lograr escribir como nunca escribiría. Desconocerme, encontrar un perfecto extraño utilizando palabras ajenas que yo nunca escribiría. Hacer real aquello de que escribir es ser otro aunque uno acabe siempre siendo el mismo.
Monday, June 29, 2020
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