De cualquier manera, su condición de prófugo de un mundo raro no la manifestaba Ghoul en su facha. Su pelo crespo e indefinido en una permanente ondulación solo era domesticable cuando estaba muy corto, así que nunca supo lo que se siente tener una larga greña sudada cayéndole sobre la espalda. Tampoco experimentó en sus orejas, nariz y cejas el filo de un artefacto metálico horadando piel, pues sus tempranos empleos en la tabla baja de los Godínez le impedían ir por la vida con manifestaciones demasiado llamativas que lo identificaran como cofrade irredento de ese mundo extraño que solo emergía a través de los audífonos. Su mayor concesión a esa no bien definida rebeldía, eran las camisetas de Marilyn Manson que solía llevar debajo de la tiesa camisa formal con el logo de la empresa bordado en el pecho.
La alta treintena llegó demasiado pronto a su existencia, como si los años fueron relojitos de arena destinados a consumirse en poquísimos minutos. Su hija, mientrasa tanto, entró en la zona turbulenta de la temprana adolescencia inmersa en el febril perreo reguetonero
Thursday, June 18, 2020
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