Nuevos mapas del limbo transpeninsular
La historia comienza cuando Ánimas Rocafuerte, ya moribundo,
encarga a la reportera Betina Ángeles el rescate y compilación de unas crónicas
viajeras que conformarán el segundo bloque de la Enciclopedia apócrifa de las
Californias. Betina relee los testimonios, escritos cada uno de ellos
por un viajero diferente y al encontrarlos dispersos e incompletos, decide
llenar ella misma los vacíos dando rienda suelta a la imaginación o
emprendiendo sus propios viajes en busca de ruinas o vestigios que certifiquen
la existencia de los sitios narrados.
Betina va narrando su propio periplo y el de los viajeros
ficticios mientras va describiendo los lugares, con sus habitantes y leyendas.
Lo que leeremos es su propia crónica testimonial como viajera, alternando con
los testimonios que va recopilando y construyendo. Aunque los sitios son reales
o en algunos casos legendarios, la ficción se impone a la realidad.
Junto con Betina
viajamos por las Islas Coronado y el legendario casino de Al Capone; La Chinesca
y sus fumaderos de opio ocultos en laberintos subterráneos; los precipicios de
La Rumorosa y su cofradía de fantasmas y aparecidos junto con su mítico
manicomio; la Isla de Guadalupe y su santuario de tiburones blancos; el Foreign
Club, el Nelson, el Casino Agua Caliente y los altares de la legendaria Sodoma
de los años 20; el gran desierto transpeninsular y el lenguaje de sus piedras;
la fiebre gambusina en la Ensenada decimonónica y el edén vinícola que los
prófugos rusos molokanos construyeron en San José de la Zorra.
El libro concluye con el ensanchamiento de la gran falla
geológica que acabará por desprender la península bajacaliforniana de la
plataforma continental
Nuevos mapas del limbo transpeninsular abreva de libros como Las
ciudades invisibles de Italo Calvino y Danubio de Claudio Magris.
Su intención es jugar con una cartografía híbrida al estilo de los mapas
medievales en donde a un lado de islas reales aparecen dragones marinos y
abismos oceánicos.