Eterno Retorno

Wednesday, January 15, 2020

Dicen que cada quien habla como le va en la feria y a nosotros en la feria de la inseguridad no nos había ido tan mal en nuestro microcosmos, en las comunidades aledañas a la carretera Escénica entre Tijuana y Rosarito. Inmersos en la catarsis del caos, durante años habíamos vivido con relativa tranquilidad en esta área. Habíamos (tiempo pasado) porque en los últimos días el crimen ha llegado en plan impune a esta zona. Ayer a las dos de la tarde, una señora que hacía fila en la escuela para recoger a su hijo fue encañonada con armas largas y bajada de su camioneta que le fue robada. El segundo atraco de este tipo que se registra exactamente en el mismo lugar en la última semana. El modus operandi es bajar al conductor a punta de fusca y llevarse el auto. El Oxxo y los puentes se han vuelto zonas de altísimo riesgo y ni hablar de los asaltos en plena carretera Escénica que se han incrementado (la semana pasada, el robo y posterior volcadura de un camión de gas en Real del Mar provocó el cierre de la autopista por varias horas en el tramo de Rosarito a Tijuana). Por fortuna, y justo es reconocerlo, la camioneta robada ayer a punta de pistola fue recuperada por la noche por pura casualidad en un alcoholímetro, pero la malandrada actuó con total desparpajo e impunidad a la luz del mediodía. Viéndole el lado bello al asunto, debo decirles que las estrellas y la luna llena nunca habían lucido tan hermosas como este invierno, así como en los idílicos ranchos, pues sucede que desde hace más de un mes carecemos de alumbrado. Cae la noche (aquí en diciembre y enero oscurece pasaditas las cinco de la tarde) y nuestras calles se sumergen en turbulentas tinieblas. Blacker than Darkness. Con decirles que mantuvimos la decoración navideña externa para que al menos hubiera un destello de luz en la boca de lobo. Creíamos que en Tijuana habíamos tocado fondo con el Patas Gastelum, que era imposible tener peor alcalde, pero al menos por lo que a nosotros respecta, los primeros meses de Arturo González Cruz han sido los peores en la historia de esta comunidad. Lo mismo aplica para Aracely Brown en Rosarito. Llevamos 17 años viviendo en esta zona y les juro que nunca antes nos habíamos sentido tan inseguros como ahora. Tiempo de ir armando las autodefensas. Ni modo: cada quien habla como le va en la feria.