¿Es la estrella de Belén eso que brilla? No, es Bajo la luz de una estrella muerta que apenas ayer ha llegado a Baja California y ya se encuentra en librería El Día. Pronto sin duda estará en librería Sor Juana y con quien quiera apuntarse a tenerlo en su mesa. Hasta ahora este ensayo sólo se había vendido en la FIL de Guadalajara, pero desde ayer ya hace de las suyas en tierra tijuanense. El compromiso es que el año entrante esté en todas las Educal del país, pero por lo pronto yo me aseguraré que role por la península. Este libro trata sobre nosotros, los lectores, especie en extinción que resistimos en la trinchera peleando la contra. Su columna vertebral parte de unas cuantas interrogantes: ¿Sería posible un mundo sin lectores? ¿Somos acaso los últimos sobrevivientes de una estirpe? ¿Estamos irremediablemente condenados a extinguirnos? En sus páginas puede usted descubrir a una ociosa facebookera llamada Emma Bovary, encontrarse a don Alonso Quijano cabalgando al Comic-Con de San Diego o debatir si el videojuego es el nuevo arte renacentista y los booktubers los nuevos críticos literarios. Lo advierto: aquí no hay academicismo alguno. Es un ensayo vivencial, escrito a corazón abierto, el testimonio de un terco que se aferra a la lectura como el más perfecto y sofisticado acto de reinterpretación de la realidad. Además, aunque suene a papá cuervo, he de decir que los tolucos editores del FOEM se han pulido con la edición. Les ha quedado bonito el condenado. Llévelo, llévelo. Navidad es tiempo de estrellas. Vivas o muertas, qué más da. Igual nos alumbran.
Pd- ¡Arribaaa los Tigueereeess!
Saturday, December 24, 2016
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