¿Quién impone sus condiciones? Impone condiciones la rabia, el hartazgo. Creo que Vientos de Santana Ana es un ajuste de cuentas con el periodismo. Es el cobro de una factura y el pago de una deuda. La voz es de un reportero que está hasta la madre de periodismo, que lo aborrece y quiere escapar de sus garras. Empecé a escribir esa historia en un momento muy duro, muy extremo para la ciudad y para mi vida. Empecé en los años más violentos de Tijuana, en un momento en que yo llevaba más de una década ininterrumpida reporteando en la calle con la certidumbre de que mi vida se estaba yendo por un resumidero. La novela fue interrumpida, archivada y retomada varios años después cuando me ya invadía otro estado de ánimo. La clave de una narración es su tono, y con Vientos de Santa Ana me costó horrores recuperarlo. Mi tono de 2015 no podía ser el mismo de 2007. Se me había pasado la rabia y el instinto asesino, pero pensé que esa novela tenía que terminarse aunque no se publicara. Tenía que cerrar el círculo, aunque supiera que no llegaría a ninguna parte. La terminé, la inscribí a un concurso con muchas más dudas que certezas seguro de enviarla al matadero, y cuando supe que había ganado segundo lugar no daba crédito. En verdad no lo podía creer
Tuesday, June 28, 2016
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