Cuando vengan a reclamarte tú estarás dormido o muerto y piensas que si fueras un apostador compulsivo, bien podrías este día ponerte a hacer algunas quinielas. ¿A qué hora del día van a matarte? ¿El ejecutor ya está cerca de tu casa? ¿Viene en camino o ya está afuera? ¿Te matarán con fusca, de un batazo o te rebanarán la yugular? ¿Te reservarán una muerte lenta o te fulminarán en un par de segundos? ¿Mandarán un morrito novato o te harán el honor de ser cazado por un viejo sicario experimentado? ¿Quién hallará tu cadáver? ¿Dejarán algún mensaje sobre tu cuerpo? ¿Escribirán correctamente tu nombre en la esquela? La cola de zorrillo y los dos rivotriles ya están trabajando sobre cada una de tus neuronas, pero aún te quedan fuerzas para mirar la corona y recordar aquel ritual de los enamorados que van deshojando flores mientras preguntan si me quiere no me quiere y esta mañana, la última de tu vida, tú tienes más dudas que certezas así que bien puedes deshojar una flor o las que alcancen antes de quedarte dormido o ser asesinado. Te tiendes boca abajo sobre tu corona mortuoria y empiezas a deshojar una casablanca aunque a estas alturas ni siquiera tienes claro qué carajos preguntarle a la flor o a los pétalos que vas desparramando sobre el suelo sucio y sigues deshojando, una flor tras otra, sabiendo que en esta vida tan marra e hija de puta ya no te restan muchas cosas por hacer.
Sunday, August 31, 2014
<< Home