Eterno Retorno

Monday, July 21, 2014

EL REGATE

El regate, novela del colega brasileño Sérgio Rodrigues (así, con acento y con “s” al final) puede perfectamente inscribirse en la tradición de Padre y Memoria invocada por Federico Campbell, esa hipotética biblioteca donde junto a su Clave Morse yacen La carta al padre de Kafka, La invención de la soledad de Auster y el rulfiano Pedro Páramo. El futbol es telón de fondo, sí, pero el centro neurálgico es la historia de un rencor eterno entre padre e hijo. El padre es un dinosaurio de la crónica deportiva y su hijo un malogrado prófugo de la chatarra setentera. El futbol suele ser la mejor metáfora de la vida y en este libro todo inicia con el regate extraterrestre de Pelé a Mazurkiewicz en México 70, aquella fantasía de otro mundo que pudo ser el gol del Siglo. Destinos torcidos, aleatoriedades caprichosas con un guiño a la magia negra y la predestinación maldita; semillas de celos y venganza que acaban por invocar un drama con un final a lo Shakespeare. La narrativa futbolera ha cultivado sobre todo el cuento (Fontanarrosa es el maestro); la crónica y el ensayo con deslices poéticos (Galeano es el pontífice con Villoro y Caparrós como cardenales); el relato testimonial (no hay quien supere a Nick Hornby), pero hasta ahora han brillado por su ausencia las grandes novelas (sí, existe El mar y no Matilde, pero de ese libro –al igual que de Mister Duncan- se hablará más adelante). El regate fue el compañero ideal para leer durante Brasil 2014. El libro ya había sido editado antes del 1-7 contra Alemania, de lo contrario –sospecho- el protagonista se hubiera pegado un tiro. El regate está entre los cinco mejores libros que he leído en lo que va de 2014. Su lectura es ágil, pero no es una novela complaciente. Nadie dijo que las metáforas futboleras no escondieran puntas de navaja. DSB