Entré a estudiar derecho. Armado de una pluma Bic, me dediqué a desparramar exabruptos rabiosos y blasfemos a los que llamaba poemas. Esas cosas pronto infestaron mis cuadernos escolares. Lo peor no fue el que yo considerara poesía a aquellos vómitos compulsivos; lo peor fue que me atreví a publicarlos. Una helada y lluviosa tarde de octubre salí del estadio Universitario tras haber padecido un Tigres vs León que fungió como conjuro para mi insomnio. Un cero a cero bañado el viento gris de una helada lluvia chingaquedito. Por alguna razón mi primo no estaba conmigo aquella tarde y ahora pienso que si hubiera estado, habríamos ido a cenar después del juego infame y después me habría llevado a mi casa, pero como aquella tarde yo estaba solo y encabronado, no se me ocurrió nada mejor que tomar un camión rumbo al centro y caerle una tocada hardcorera en algún pozo miserable donde unas cuantas ratas nihilistas remojadas, intentaban conjurar el frío en un slam sin fe...
Friday, February 07, 2014
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