BIBLIOTECA DE BABEL INFOBAJA- Papeles en el Viento- Eduardo Sacheri- Alfaguara. Por Daniel Salinas Basave
Tal vez el mejor comentario que pueda hacer sobre Papeles en el Viento, la más reciente novela del argentino Eduardo Sacheri, es que fue un excelente compañero de viaje y que sus más de 400 páginas las bebí como un trago refrescante en una tarde de calor. Es un libro amigable, simple, ideal para la carretera o el avión. La semana pasada viajé a la Feria del Libro de Saltillo y entre las escalas en la Ciudad de México y Hermosillo y las esperas aeroportuarias, me bastó el viaje de ida y vuelta para terminar esta agradable historia. Sacheri, un profesor de secundaria aficionado al Independiente de Avellaneda, saltó a la fama cuando su novela, La Pregunta de sus Ojos, fue llevada al cine con el nombre de El Secreto de sus Ojos, resultando ganadora de un Oscar como mejor película extranjera en 2010. Ahora llega a mis manos Papeles en el Viento una novela en la que Sacheri se confirma como un narrador ágil y sobre todo un gran constructor de diálogos y personajes. Vaya, un narrador para el gran público, recomendable para lectores esporádicos, que buscan una dosis de entretenimiento en un viaje y no sumergirse en profundidades literarias. Digamos que para un discípulo de Borges, lector de Ricardo Piglia o Juan José Saer, Sacheri podría caer fácilmente en la división de lectura de aeropuerto, simple entretenimiento. Mi respuesta es que a la hora de subirse a un avión o enfrentar una larga carretera, lo que uno precisa es un narrador amable como él, un licor suave, fresco y dulzón que tal vez no tiene el cuerpo de un complicado vino fusión de tres varietales con años de añejamiento, pero que muy a menudo nos cae de maravilla. Un escritor de buenos sentimientos, si es que se vale semejante definición, sin demasiados tormentos existenciales ni grandes ironías. Cierto, los personajes de Sacheri podrían caer por momentos en el estereotipo Disney, pero la realidad es que dentro de su caracterización y su propuesta, son personajes capaces de crear vínculos con el lector. Digamos que para un narrador que cimenta buena parte de su trabajo en los diálogos, hace falta malicia narrativa para poder mantener la tensión y el interés del lector. Papeles en el Viento, al igual que La Pregunta de sus Ojos, es excelente para ser llevada al cine y transformarse en una buena película para adolescentes. En esencia es una historia sobre el valor de la amistad; la amistad infantil y barrial que trasciende etapas y caminos de la vida. Sacheri conforma un cuarteto indivisible integrado por el Mono, el Ruso, Fernando y Mauricio. Cada integrante tiene una personalidad y una historia bien definida. Fernando es el humilde y romántico profesor de educación básica, acaso el alter ego de Sacheri, mientras que Mauricio es el arribista trepador transformado en nuevo rico con métodos no muy honestos y el Ruso es el simpaticón, honesto, soñador, fiel y algo patán. El Mono, un jugador de futbol fracasado transformado por accidente en genio de la informática, era en cierta forma quien los unía a todos. El cuarteto se fragmenta cuando el Mono muere víctima del cáncer y deja a su pequeña hija Guadalupe en el desamparo total, pues el dinero que tenía ahorrado lo invirtió en la compra de un jugador de futbol de la selección sub-17 de Argentina que pintaba para revelación y que quedó en promesa. La gran inversión del Mono, es un jugador tronco del montón que muerde el polvo fallando goles en un equipo de tercera división en la lejana provincia de Santiago del Estero. El reto de los amigos, es poder vender al futbolista bulto y recuperar el dinero tirado por el Mono para poder apoyar a su hija huérfana. La historia avanza en dos planos narrativos desiguales. Por una parte, la novela tiene un avance lineal cuando narra las peripecias de los tres amigos tratando de vender al tronco en medio de tragicómicas situaciones picarescas, pero esta narración alterna con retrospectivas sobre el avance de la enfermedad de El Mono, que no son más que reflexiones y disertaciones sobre la amistad, la vida, las mujeres y la honesta afición a un equipo de futbol, que por supuesto, es el Rojo de Avellaneda. Vaya, toda una charla de cantina, a medias nostálgica a medias chistosa, entre cuatro compadres de hierro. La historia de la venta del jugador de futbol, llena de situaciones de comedia, no deja de ser una dura crítica al sucio medio de los empresarios y los promotores del futbol, esa esclavitud moderna en donde el jugador es lo menos importante y donde un sinfín de maleantes hacen su agosto. He leído muchos cuentos e historias de futbol, pero no recuerdo alguno que tuviera como tema el submundo de la compra-venta de jugadores y sus sucias leyes no escritas en donde periodistas, entrenadores, promotores y arribistas hacen de las suyas. Papeles en el Viento no es por fortuna una novela pretenciosa. Una narración honesta en su sencillez y en sus alcances lo cual se agradece, pues el narrador no pretende venderse como erudito o como exquisito de la prosa. Es un buen contador de historias y a veces una historia bien contada, sin estilismos, malabares o grandilocuencias, es justo lo que uno necesita.