Tal vez somos el único pueblo que inició su “guerra de independencia” gritando vivas al rey del que en teoría nos queríamos liberar (Viva Fernando VII fue el grito de Hidalgo) y que adaptó la falsa fecha de su liberación al cumpleaños de un dictador.
Cada año, la noche del 15 de septiembre, el Presidente de la República, los 31 gobernadores y más de 2 mil alcaldes gritan desde sus balcones un “viva México, viva la Independencia”, sin reparar en lo que en verdad sucedió en esa fecha. La realidad es que la noche del 15 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo bebía chocolate y jugaba naipes con Ignacio Allende mientras Juan Aldama cabalgaba a toda velocidad por los caminos del Bajío para darle a conocer que la conspiración de Querétaro había sido descubierta. Ni la noche del 15 de septiembre, ni en los 10 meses y 15 días de vida que le restaron a partir de ese momento, concibió Hidalgo algún proyecto de nación independiente o siquiera algo parecido. La mañana del 16 de septiembre gritó “¡viva Fernando VII¡” y jamás en su vida pronunció un “viva México” o “viva la Independencia” y ni imaginó siquiera una bandera tricolor. Por cierto, si se celebra el 15 y no el 16 de septiembre, es por herencia de Porfirio Díaz, que quiso emparentar la gran fiesta nacional con su cumpleaños.
Sunday, September 16, 2012
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