Eterno Retorno

Tuesday, November 23, 2010


Un pajarero de la Divina Providencia pasea sus aves por la Tijuana profunda

Historia de un Porvenir

Por Daniel Salinas Basave

Tal vez lo más fascinante de la adolescencia, es saber, o acaso intuir, que se tiene todo el futuro por delante y que los mejores años están apenas por llegar. Como urbe adolescente que es, Tijuana intuye que el libro de su porvenir tiene muchas más páginas que el de su pasado. Por ejemplo, en un libro de historia de Guanajuato o Puebla, se pueden escribir cientos o miles de páginas con varios capítulos dedicados tan sólo al auge de la minería o el arte barroco en el Siglo XVII, mientras que para Tijuana, la era virreinal entra, si acaso, en el capítulo de la antropología o la historia natural, pues salvo por Junípero Serra o los cucapáh, no hay demasiadas efemérides que narrar de aquellos años en nuestra tierra. Hay ciudades esclavas de su pasado que lo único que pueden ofrecer, es lo que ocurrió hace siglos y hay ciudades cuya mayor riqueza yace en el futuro. De ahí que el primer gran acierto de este nuevo libro sobre Tijuana, sea su nombre, “Historia de un Porvenir”. Atinadamente, el doctor David Piñera se refirió a aquel concepto del historiador francés Marc Bloch en el sentido de que aún en el pasado más remoto, yace en incubación el embrión del futuro. Tijuana, dicen sus detractores, no tiene historia y fuera de Juan Soldado, los filibusteros de 1911 y la leyenda del Casino Agua Caliente, no hay mucho para contar en torno al pasado de esta tierra. Obvia decir que Tijuana es mucho más que el casino, los filibusteros y la barra más larga del mundo, pero aún dentro de lo fascinante que resulta la diversidad y los contrastes del Siglo XX tijuanense, la realidad es que el néctar de esta historia radica en la sospecha de un futuro que pinta prometedor.
El libro “Tijuana, Historia de un Porvenir” coordinado por Manuel Acuña Borbolla y Mario Ortiz Villacorta, que se presentó la noche del lunes en el Cecut, tiene la vocación y el espíritu enciclopedista de las grandes obras del Siglo de las Luces o de los volúmenes de los cronistas eclesiásticos de la conquista espiritual. Cuando el jesuita Francisco Xavier Clavijero escribió su Historia Antigua de México, se ocupó de botánica, zoología, orografía y otras tantas materias antes de entrarle de lleno a narrar la historia de las civilizaciones precolombinas. Pues bien, “Tijuana, Historia de un Porvenir” arrastra consigo esa esencia dieciochesca en su vocación “todóloga”. Lo monumental de la obra impresiona desde el momento en que uno toma en sus manos el libro y siente su peso. Aclaro que esta columna, que escribo al amanecer a bordo de una camioneta mientras me traslado de Tijuana a Mexicali, no pretende ser una reseña, pues aunque soy rápido para leer, no creo que haya poder humano que pueda concluir en un par de días la lectura de semejante mastodonte editorial. Pero realizando un vuelo de pájaro por todos sus capítulos y conociendo la calidad de la pluma y la estatura intelectual de algunos de los autores, podemos concluir que “Historia de un Porvenir” es una obra ambiciosa hasta el extremo, que juega fuerte y apuesta a lo grande. La comparación es odiosa, lo sé, pero al menos por dimensiones físicas, “Tijuana, Senderos en el Tiempo”, obra que los mismos coordinadores trabajaron en el XVIII Ayuntamiento, acaba por parecer boceto o esbozo frente a semejante titán. Más allá del obvio gigantismo físico, el sólido aporte intelectual de la obra se defiende solo. La calidad de la impresión y la nitidez de la fotografía, los mapas y las ilustraciones sorprenden a primera vista. Por fortuna, la diversidad del índice y la calidad de algunas de las firmas permiten presagiar, con sólidos argumentos, un libro que vaya mucho más allá de un adorno de centro de mesa (aunque por desgracia, para la mayoría de los políticos, vocacionalmente incultos y reacios a la lectura, el libro no pasará de ser ornato en sus oficinas) Desde un repaso a las plantas nativas del Río Colorado al infaltable paseo por las misiones, pasamos por la lejana y no tan desapercibida Independencia en un texto sin desperdicio de David Weber. Hasta el mismísimo Alexander Dumas, creador de los Tres Mosqueteros, se coló en este libro con una crónica de la Batalla de San Pascual. David Piñera y Zepeda profundizan con solidez intelectual en el tema insurgente en Tijuana, mientras que el tema de la rebelión o invasión, magonista o filibustera, de 1911, es abordado como lo que es: una inagotable polémica. Tenemos también un poco de microhistoria al adentrarnos en la evolución del decadente Callejón Z y un gran texto, que tuve la oportunidad de leer con anterioridad, sobre la Zona Este de Tijuana escrito por mi buen amigo Gabriel Rivera. El libro cierra con textos muy técnicos a cargo de expertos en planeación urbana como Luis Duarte del Implan y Manuel Guevara, que con chambita asegurada en el ayuntamiento priista, escribe sobre Valle de las Palmas como el gran futuro tijuanense.
Por haber dinero público de por medio, los malpensados, obvia decirlo, estarán a la orden del día y cuestionarán el “despilfarro” de Jorge Ramos en esta obra. Bibliófilo como soy, sólo puedo decir al respecto que dinero convertido en libros es (casi) siempre una buena inversión. Si bien me quedo con un “sin embrago” frente a la utilidad o real necesidad del egocéntrico libro sobre el programa de repavimentación que editó la comuna, frente a este libro de Historia sólo puedo afirmar que lo que haya costado, se invirtió muy bien, pues se traduce en un volumen que por sí mismo es historia y es un auténtico legado para Tijuana. Vaya, si a nivel nacional lo peor del Bicentenario fue el horrendo coloso, lo mejor fue regalarle a más de 20 millones de hogares mexicanos el libro “Viaje por la Historia de México” de Luis González. Pues bien, no creo pecar de exagerado si afirmo entre las más destacadas obras del ayuntamiento saliente ya destaca este libro que en unas cuantas semanas prometo diseccionar con un análisis que vaya más allá de este vuelo de pájaro. Lo único que lamento, es que no es un libro que pueda llevar bajo el brazo para leer en salas de espera y trayectos como me gusta.
PD- Lectores de Mexicali: este jueves 25 de noviembre Mitos del Bicentenario se presenta en el Ceart a las 19:00. Por allá nos vemos. DSB