Eterno Retorno

Monday, June 08, 2009

A veces me sueño escribiendo, pero anoche me soñé buscando desesperadamente un texto, más específicamente una ficción. Debía acudir a una suerte de taller literario (¿o era una clase?) que se celebraba a las 7:00 de la mañana en donde debía leer un cuento. El problema es que el cuento no aparecía por ninguna parte, ni en mi blog, ni en mi librero. Lo más extraño es que pese a mi tendencia a sueños cada vez más regresivos, en este aparecía ya la nueva versión del estudio con nuestro nuevo librero en donde yo buscaba la versión impresa del texto en cuestión dentro de una vieja carpeta de la Embajada Británica en donde guardo ancestrales desvaríos. El sueño era angustiante, desesperado y al final jamás supe de qué trataba el cuento que nunca encontré.


Nunca siento tanta lástima por el oficio periodístico como en la primera semana de junio. El funeral del periodismo se llama día de la libertad de expresión, un festejo que sirve para recordarme lo mucho de pordiosero y prostituto que tiene este oficio, tan plagado de arribistas y sanguijuelas. El periodista como la eterna rémora, nadando siempre al costado del tiburón-sistema, listo para devorar gustoso sus desperdicios. Pese a todo, hay algo que aún me aferra al periodismo, un impulso vicioso que me ata a él y me hace sentir profunda admiración por aquellos que han sabido ser salmones frente a la cascada de mierda. Pero siempre llega junio para recordarme lo bien que se cotiza la prostitución.