Eterno Retorno

Tuesday, August 28, 2007

San Agustín

Hoy es Día de San Agustín. Una tradición familiar que se mantuvo durante años fue la de festejar a mi Abuelo en este día. A él no le gustaba celebrar su cumpleaños el 3 de agosto, sino el día de su Santo. Preciso es señalar que si hubo un filósofo por el que mi Abuelo profesó admiración, ese fue su tocayo de Hipona. No se cuántas veces haya leído y releído mi Abuelo las Confesiones o La Ciudad de Dios, pero lo cierto es que no hubo conferencia o charla donde no citara a San Agustín. No se si fue un acto premeditado para consumar un digno homenaje en este día tan importante o si fueron los incomprensibles designios caprichosos de la aleatoriedad, pero el hecho es que hoy aparecen en la prensa dos artículos relativos a la obra de mi Abuelo. Ayer por la tarde recibí la sorpresiva llamada de mi amigo Gerardo Ortega desde Nuevo León. Ortega, carne y sangre de poeta, es hoy en día editor de la sección cultural de Milenio Diario y ayer me anunció que la biblioteca que albergará el enorme acervo bibliográfico que mi Abuelo donó a su Alma Máter, la Universidad de Nuevo León, está por inaugurarse. Una gran noticia la que me dio Gerardo. Yo crecí en esa biblioteca. Los primeros años de mi vida los pasé en una casa donde las paredes eran libros. Una parte de mi vida está ahí. Hoy aparece la nota en Milenio Diario.

http://www.milenio.com/monterrey/milenio/nota.asp?id=546726

Otra grata sorpresa fue la que nos reservó en este día de San Agustín Armando Fuentes Aguirre “Catón”. Como ya había comentado en este espacio, la semana pasada platiqué largo y tendido con Don Armando. Qué fina persona, vaya grandeza la suya. La gratitud antes que un deber es un privilegio y yo me siento profundamente agradecido con Catón

http://www.elnorte.com/editoriales/nacional/388/774945/default.shtm

http://www.frontera.info/Columnas/VerColumna.asp?NumNota=516956


Me permito reproducir en Eterno Retorno la columna de Catón, publicada en Frontera, La Crónica El Imparcial, El Norte, Reforma, Palabra, Novedades de Quintana Roo y no se cuántos periódicos más. Reproduzco también la nota que firma mi colega Gustavo Mendoza Lemus de Milenio Diario.


El acervo Basave, a disposición de todos

Legado de Fernández del Valle, fallecido en enero de 2006, pasó a la UANL.

http://www.milenio.com/monterrey/milenio/nota.asp?id=546726

En la casa había libros, no paredes”, ese es el recuerdo que guarda Daniel Salinas Basave, nieto de don Agustín Basave Fernández del Valle, cuando recuerda la extensión de la biblioteca personal del ilustre pensador y catedrático regiomontano.Ahora, esas enormes paredes de libros no estarán en la casa particular del doctor Basave, sino que se encuentran a disposición de cualquier persona dentro de la sala “Agustín Basave Fernández del Valle”, que próximamente se inaugurará en el segundo piso de la Biblioteca Magna “Raúl Rangel Frías”, de la Universidad Autónoma de Nuevo León.Volúmenes especializados de filosofía, literatura antigua, historia de México, así como correspondencia personal, todo ello ya puede ser consultado por historiadores e investigadores que así lo requieran, pues aunque no se ha dado la inauguración oficial del sitio, el acervo bibliográfico ya se encuentra disponible.“Estamos esperando que el rector de la universidad nos indique la fecha de la inauguración, pero no debe pasar de septiembre”, especificó Porfirio Tamez Solís, director de la red de bibliotecas de la UANL.Por la sala que lleva su nombre sobresalen cerca de siete estantes los que contienen los valiosos libros que el catedrático coleccionó a lo largo de su vida. En la parte final de la sala, cerca de 20 figuras del Quijote aparecen dentro de bases de madera, una pequeña parte de la colección que don Agustín Basave mantenía como afición.Renato Tinajero Mallozzi, responsable de la sala, señaló que actualmente la mayoría del material bibliográfico está catalogado.“Una gran parte del acervo se conforma por temas de filosofía, donde también podemos encontrar textos de teología, después hay material importante de literatura antigua, con ese gusto que tenía don Agustín por la obra de los griegos”, señaló el responsable de la sala.Alrededor de la sala se colocaron mamparas para mostrar una parte de los reconocimientos que recibió Basave Fernández: cuadros, monedas conmemorativas y medallas, de las cuales se exhibirán cerca de 120.Tinajero Mallozzi señaló que el acervo bibliográfico también contiene correspondencia de don Agustín Basave, la cual se encuentra actualmente en catalogación. “Es un proceso interesante saber de qué escribía y con quién mantenía conversaciones”, señaló.“Todos podían ir a visitarla”“Cualquiera que estuviera dentro del mundo de la filosofía conocía y tenía como referencia la biblioteca de mi abuelo. Para los inmersos en la filosofía era como un Disneylandia”. Daniel Salinas Basave recuerda que en su niñez y juventud era muy común observar que estudiantes e investigadores acudieran a la biblioteca de su abuelo.También fue motivo de consulta cuando se realizó en 1986 Congreso Mundial de Filosofía, en donde muchos de los que ahí figuraron como ponentes encontraron en la biblioteca personal del doctor algo así como un oasis intelectual.Según recuerda Daniel Salinas Basave, su abuelo se sentía enamorado de cada uno de los libros que componían sus biblioteca y sabía exactamente en dónde se encontraba cada uno. “Los amaba no por su edición o por su antigüedad, los quería por su contenido, por el aporte que pudieran tener”, detalló.El año pasado, los descendientes del doctor Basave Fernández acordaron donar su acervo bibliográfico a la Biblioteca Magna, en un signo de gratitud que hiciera su padre a la que consideraba su alma máter.
Gustavo Mendoza Lemus.



La Bondad del Abuelo
Por Armando Fuentes Aguirre “Catón”

Escribiré hoy acerca del tema que conozco menos. Escribiré acerca de mí mismo. Hace 40 años era yo lo mismo que soy ahora: un aprendiz de escribidor. Por esos días don Agustín Basave Fernández del Valle, filósofo, jurista, educador de grandes méritos, fue objeto de villanos ataques salidos del dogmatismo y de la intolerancia. Yo admiraba al maestro: había leído su "Filosofía del Quijote" en esa benemérita Universidad de papel, la Colección Austral, y nunca me perdía los artículos que publicaba en El Porvenir de Monterrey, llenos de miga y jugo siempre. Me indignaron aquellos ataques -entonces poseía yo la virtud de la santa indignación, que los años han convertido en pataletas-, y rompí lanzas en defensa de quien no requería defensor. Días después recibí en mi casa de Saltillo una gran caja. Contenía la obra completa de don Agustín, y una carta en la que me daba las gracias por mi acción. "-Como ve usted -me decía- soy tan prolífico en libros como en hijos". Vida llena de frutos fue la suya, en efecto; vida que se prolonga en obras buenas donde su ejemplo late. Lo digo por algo bello que me pasó en Tijuana (en Tijuana me pasan siempre cosas bellas). Fui allá a presentar mi libro más reciente. Al día siguiente de la presentación el periódico Frontera, mi casa de trabajo allá, publicó una nota con este encabezado: "Abarrota Catón teatro del Cecut". Dice así la reseña: "Catón presentó su libro 'De abuelitas, abuelitos y otros ángeles benditos', cuya primera edición ya se ha agotado. Dijo: 'Es el libro más mío, el más entrañable y vivo. Ningún otro habré de escribir en que tan plenamente pueda encontrarme y puedan hallarme mis lectores'. Entre chascarrillos agudos que arrancaron sonoras carcajadas se alternaban poemas de López Velarde y San Juan de la Cruz que Catón recitaba con impresionante dicción y pleno dominio. Sin sentarse jamás, y sin leer una sola línea, dio ocasión lo mismo para la risa que para la reflexión. 'Doy gracias a Dios -manifestó- por dejarme compartir con tantos abuelitos y abuelitas la gloria de tener nietos, que es la versión humana de la vida eterna'. Al final de la presentación más de 300 personas hicieron fila, libro en mano, para poder obtener una dedicatoria del autor. Pacientemente, Catón empuñó la pluma para firmar cientos de ejemplares, y fue hasta pasadas las 22 horas cuando se retiró el último de los lectores". Ahora bien: ¿quién escribió esa crónica llena de bondad? La hizo un joven y talentoso periodista, Daniel Salinas Basave, de la estirpe de aquel gran señor que fue don Agustín. La vida me dio ese regalo. El pasado se unió con el presente; la bondad del abuelo vive ahora en el nieto. Y otro regalo tuve: la espléndida caricatura que dibujó de mí Daniel Acuña, artista extraordinario. Me puso en figura de abuelito, escribiendo en pantuflas, en una máquina de escribir antigua, las glorias de mis nietos. Gracias, pues, a Tijuana y a su hermosa gente. Voy a Tijuana con las manos vacías y vuelvo siempre con las manos llenas y el corazón en plenitud... Narraré ahora algunos chascarrillos para disipar la emoción de la República... La señora halló un condón en el cuarto de su hija. Le pregunta, inquieta: "-¿Ya eres sexualmente activa?". "-No -contesta la muchacha-. Por ahora nada más me pongo"... Le comenta una chica a su mamá: "-Quiero un marido que me acompañe siempre, me entretenga, y no se salga nunca por las noches". "-Hija -suspira la señora-. Tú no quieres un marido. Quieres un televisor"... En el bar un individuo le dice a su compañero de copas: "-Si le hiciera yo el amor a tu esposa, y quedara embarazada, y tuviera un hijo, ¿eso nos emparentaría?". "-No -responde el otro-. Pero sí nos emparejaría"... FIN.