Hankoturismo o tours hankológicos
Por Daniel Salinas Basave
Con los turistas y recién llegados a Tijuana nunca hay pierde: Todos, sin excepción, piden que los lleve a conocer la calle de las putas. He perdido la cuenta de las veces que he tenido que improvisarme como guía turístico en esta ciudad y siempre sucede lo mismo, ya sea con amigos, familiares, colegas reporteros o académicos. No hay vuelta de hoja; cuando alguien viene a Tijuana nunca queda con las ganas de recorrer nuestra internacionalmente famosa Calle Coahuila. Ni modo, hay que cargar con orgullo nuestra fama mundial de “sin city”. Por más que los comités de imagen de Tijuana y los hipócritas moralistas tipo José Galicot se den a la tarea de berrear a los cuatro vientos que la nuestra es una ciudad con una industria pujante y progresista (la industria del secuestro progresa pasos agigantados por cierto) poblada por lindas familias con sólidos valores morales (e hinchadas por fortunas mal habidas) la verdad es que lo que nos da renombre en el mundo es nuestro origen fundacional de congal malamuertero. Vaya, no me acuerdo de un solo turista que me haya pedido que lo lleve a pasear por las maquiladoras para constatar que somos la capital mundial del televisor. Uno que otro me ha pedido que lo lleve al Cecut, y se han aburrido mortalmente. Otros, principalmente los académicos, les da por visitar “El Bordo”, el Nido de las Águilas y todos esos santuarios de los migrantes, con afán de tomarse su foto en la barda tapizada de cruces y sentirse en el Muro de Berlín o en la franja de Gaza con el helicóptero de la Border Patrol revoloteando sobre sus cabezas como zancudo con insecticida mientras bebemos unas chelitas en el Terrazas Vallarta. Muy pocos, cada vez menos, son los que me han pedido que los lleve a Lomas Taurinas a ver el sitio donde le dieron el plomazo letal a Luis Donaldo Colosio y a casi ninguno le despierta el más mínimo interés conocer nuestras siete maravillas como el Minarete del casino Agua Caliente o el restaurante El Sombrero. Eso sí, punto pedo no falta quien se toma la foto subido en un burrito rayado de la Revu y si hay tiempo, la langosta enfrijolada de Puerto Nuevo es imperdonable. Por supuesto, ni hablar de la cruzada a San Diego, liturgia favorita de los turistas chilangos. Sin embargo, cualquiera de esas actividades es prescindible. El paseo por la calle Coahuila no. Sería tanto como ir a Amsterdam y no caminar por las vitrinas. Te creo que no conozcas el museo Van Gogh o no hayas ido a ver la obra de Rembrandt, pero no que te hayas perdido el paseo por el Red Light District. El morbo es el mejor promotor turístico.
Cierto, putas y putos las hay en todas las ciudades, pueblos y villorrios del mundo, pero pocas urbes pueden presumir tener el estatus internacional de una Gomorra donde la roja luz nunca se apaga. La putería en nuestro caso es mito fundacional. El problema es que nuestra calle Coahuila empieza a perder bonos de popularidad frente a un atractivo turístico que genera aún más morbo y le echa hartas cargas de leña al de por sí atizado fuego de nuestra leyenda negra. ¿Saben cuál es ese morboso atractivo? Se llama Jorge Hank Rhon y es nuestro futuro gobernador. En los últimos tres meses me ha tocado recibir a varios visitantes (algunos de ellos colegas de la prensa nacional) y oh sorpresa, tal parece que las putas de la Coahuila van a la baja, pues antes de ser llevados a conocer la zona roja, los visitantes me piden que los lleve a ver los santuarios hankistas de la ciudad. Hank Rhon está de moda y es el hit de la prensa chilanga que hace meses descubrió las historias de horror que nosotros conocemos desde hace años. Ahora los turistas me piden que los lleve al Hipódromo, a los books de Caliente, al hotel Pueblo Amigo, al zoológico privado, a la calle donde mataron al Gato Félix, al restaurante Trez. Mientras les doy el tour y repito una vez más los cuentos de terror que todo Tijuana conoce, ellos preguntan emocionados con su acento chilango cosas como estas: ¿Y es verdad que coge con animales? ¿Y tú has probado el tequila con pene de tigre? ¿Y es cierto que se ganó a su esposa en una apuesta con su compadre? ¿En serio tiene 18 hijos? ¿Cómo le hizo para tener un híbrido de león con tigre? ¿Tú crees que él haya mandado matar al Gato Félix y a Ortiz Franco? ¿Será real que él está detrás de todos los secuestros? ¿Te han dicho que es muy amigo de los Arellano Félix? ¿Cómo es eso de que su jefe de escoltas es el hijo del que mató al Gato Félix? La prensa nacional encontró la salvaje frontera su reliquia perdida. En Tijuana vive la reencarnación de Gonzalo N. Santos y López de Santa Anna. Ante este panorama y dado que he sido nombrado doctor hankólogo honoris causa, he decidido abrir una empresa de servicios turísticos que tendrá como principal atractivo los hankotours o tours hankológicos. El paquete sencillo incluirá una visita al Hipódromo, una cerveza en un book (sin apuestas incluidas) y una gladiola funeraria para arrojar en el sitio donde cayó acribillado Héctor “El Gato” Félix. El paquete ejecutivo incluirá además la entrada a un evento público o a una fiesta (para el caso es lo mismo) encabezada por el mismísimo Hank Rhon. El paquete VIP, al que muy pocos podrán acceder, incluye tomarse una foto con Hank y la posibilidad de poder compartir con él un caballito de su tequila con víboras y pene de tigre, secreto de su fuerza y virilidad. La tienda de souvenirs de la empresa ofrecerá productos de marca registrada H7 tales como chalecos rojos de auténtico cocodrilo e imitaciones en plasticuero, camisetas con el logo del H7, botellitas del tequila de la virilidad y postales con fotos y frases conmemorativas. Ni modo, si a leyendas negras vamos Hank ya es más popular que la Coahuila y eso hay que aprovecharlo. Negocios son negocios.
Por Daniel Salinas Basave
Con los turistas y recién llegados a Tijuana nunca hay pierde: Todos, sin excepción, piden que los lleve a conocer la calle de las putas. He perdido la cuenta de las veces que he tenido que improvisarme como guía turístico en esta ciudad y siempre sucede lo mismo, ya sea con amigos, familiares, colegas reporteros o académicos. No hay vuelta de hoja; cuando alguien viene a Tijuana nunca queda con las ganas de recorrer nuestra internacionalmente famosa Calle Coahuila. Ni modo, hay que cargar con orgullo nuestra fama mundial de “sin city”. Por más que los comités de imagen de Tijuana y los hipócritas moralistas tipo José Galicot se den a la tarea de berrear a los cuatro vientos que la nuestra es una ciudad con una industria pujante y progresista (la industria del secuestro progresa pasos agigantados por cierto) poblada por lindas familias con sólidos valores morales (e hinchadas por fortunas mal habidas) la verdad es que lo que nos da renombre en el mundo es nuestro origen fundacional de congal malamuertero. Vaya, no me acuerdo de un solo turista que me haya pedido que lo lleve a pasear por las maquiladoras para constatar que somos la capital mundial del televisor. Uno que otro me ha pedido que lo lleve al Cecut, y se han aburrido mortalmente. Otros, principalmente los académicos, les da por visitar “El Bordo”, el Nido de las Águilas y todos esos santuarios de los migrantes, con afán de tomarse su foto en la barda tapizada de cruces y sentirse en el Muro de Berlín o en la franja de Gaza con el helicóptero de la Border Patrol revoloteando sobre sus cabezas como zancudo con insecticida mientras bebemos unas chelitas en el Terrazas Vallarta. Muy pocos, cada vez menos, son los que me han pedido que los lleve a Lomas Taurinas a ver el sitio donde le dieron el plomazo letal a Luis Donaldo Colosio y a casi ninguno le despierta el más mínimo interés conocer nuestras siete maravillas como el Minarete del casino Agua Caliente o el restaurante El Sombrero. Eso sí, punto pedo no falta quien se toma la foto subido en un burrito rayado de la Revu y si hay tiempo, la langosta enfrijolada de Puerto Nuevo es imperdonable. Por supuesto, ni hablar de la cruzada a San Diego, liturgia favorita de los turistas chilangos. Sin embargo, cualquiera de esas actividades es prescindible. El paseo por la calle Coahuila no. Sería tanto como ir a Amsterdam y no caminar por las vitrinas. Te creo que no conozcas el museo Van Gogh o no hayas ido a ver la obra de Rembrandt, pero no que te hayas perdido el paseo por el Red Light District. El morbo es el mejor promotor turístico.
Cierto, putas y putos las hay en todas las ciudades, pueblos y villorrios del mundo, pero pocas urbes pueden presumir tener el estatus internacional de una Gomorra donde la roja luz nunca se apaga. La putería en nuestro caso es mito fundacional. El problema es que nuestra calle Coahuila empieza a perder bonos de popularidad frente a un atractivo turístico que genera aún más morbo y le echa hartas cargas de leña al de por sí atizado fuego de nuestra leyenda negra. ¿Saben cuál es ese morboso atractivo? Se llama Jorge Hank Rhon y es nuestro futuro gobernador. En los últimos tres meses me ha tocado recibir a varios visitantes (algunos de ellos colegas de la prensa nacional) y oh sorpresa, tal parece que las putas de la Coahuila van a la baja, pues antes de ser llevados a conocer la zona roja, los visitantes me piden que los lleve a ver los santuarios hankistas de la ciudad. Hank Rhon está de moda y es el hit de la prensa chilanga que hace meses descubrió las historias de horror que nosotros conocemos desde hace años. Ahora los turistas me piden que los lleve al Hipódromo, a los books de Caliente, al hotel Pueblo Amigo, al zoológico privado, a la calle donde mataron al Gato Félix, al restaurante Trez. Mientras les doy el tour y repito una vez más los cuentos de terror que todo Tijuana conoce, ellos preguntan emocionados con su acento chilango cosas como estas: ¿Y es verdad que coge con animales? ¿Y tú has probado el tequila con pene de tigre? ¿Y es cierto que se ganó a su esposa en una apuesta con su compadre? ¿En serio tiene 18 hijos? ¿Cómo le hizo para tener un híbrido de león con tigre? ¿Tú crees que él haya mandado matar al Gato Félix y a Ortiz Franco? ¿Será real que él está detrás de todos los secuestros? ¿Te han dicho que es muy amigo de los Arellano Félix? ¿Cómo es eso de que su jefe de escoltas es el hijo del que mató al Gato Félix? La prensa nacional encontró la salvaje frontera su reliquia perdida. En Tijuana vive la reencarnación de Gonzalo N. Santos y López de Santa Anna. Ante este panorama y dado que he sido nombrado doctor hankólogo honoris causa, he decidido abrir una empresa de servicios turísticos que tendrá como principal atractivo los hankotours o tours hankológicos. El paquete sencillo incluirá una visita al Hipódromo, una cerveza en un book (sin apuestas incluidas) y una gladiola funeraria para arrojar en el sitio donde cayó acribillado Héctor “El Gato” Félix. El paquete ejecutivo incluirá además la entrada a un evento público o a una fiesta (para el caso es lo mismo) encabezada por el mismísimo Hank Rhon. El paquete VIP, al que muy pocos podrán acceder, incluye tomarse una foto con Hank y la posibilidad de poder compartir con él un caballito de su tequila con víboras y pene de tigre, secreto de su fuerza y virilidad. La tienda de souvenirs de la empresa ofrecerá productos de marca registrada H7 tales como chalecos rojos de auténtico cocodrilo e imitaciones en plasticuero, camisetas con el logo del H7, botellitas del tequila de la virilidad y postales con fotos y frases conmemorativas. Ni modo, si a leyendas negras vamos Hank ya es más popular que la Coahuila y eso hay que aprovecharlo. Negocios son negocios.