Eterno Retorno

Thursday, July 21, 2005

Corresponsales

Tal vez alguien podría decir que Bernal Díaz del Castillo y el resto de los cronistas de la conquista y los primeros años del virreinato fueron sin proponérselo los primeros corresponsales de guerra. Sin embargo, el colega reportero que se puede ostentar como el auténtico padre de las corresponsalías bélicas fue el inglés William Howard Rusell.
Este coleguita trabajaba para el Times de Londres y en 1841 se aventó una muy buena cobertura de las elecciones irlandesas.
La cuestión es que era tan buen reportero este Rusell, algo así más o menos parecido a mí, que en 1854 el director de su periódico tuvo la idea de enviarlo con las tropas inglesas a la guerra de Crimea. Le dijo que sólo iría unas semanas, pero se quedó dos años. Fue un reportero crítico, duro en sus crónicas, que al llegar la guerra franco-prusiana de 1870 empezó a sentirse desplazado por los cientos de jóvenes reporteros que impulsados por su ejemplo se dedicaban a ser corresponsales de guerra. Además Rusell ya era algo viejo y había un nuevo y moderno artefacto que no dominaba bien: El telégrafo, mismo que exigía una redacción más breve, concisa y llena de datos y no las ricas y críticas crónicas a las que estaba acostumbrado. Cuando murió en 1907 estaba seguro que la gran época de los corresponsales de guerra jamás volvería, pues veía a las nuevas generaciones como víctimas cobardes de la censura militar y gubernamental. Que bueno que Rusell no vio a los patriotas gringos chayoteros que fueron a la guerra de Irak y ensuciaron de mierda el noble oficio del periodismo, olvidando su labor de reporteros por la de pregoneros del imperio de Bush.
Otro gran corresponsal fue el húngaro naturalizado británico Robert Capa quien hizo la foto más célebre de la Guerra Civil Española, Muerte de un Miliciano y que cubrió íntegro el Desembarco en Normandía. Murió en la guerra de Indochina al pisar una mina y expiró con la cámara Contax en sus manos.