Eterno Retorno

Friday, October 01, 2004

¿Cómo andamos en geopolítica?

Leyendo el post del Sueco en el que habla sobre la ignorancia absoluta que en otros países existe sobre México, recordé que en mi haber hay una buena cantidad de anécdotas chistosas sobre la forma en que los extranjeros nos ven a los mexicanos. También a mi me han preguntado si vivimos en cuevas de monte, si tenemos como gobernante a un rey azteca, si conocemos los carros y la luz eléctrica.
Tal vez lo más patético de todo, es que la gran mayoría de esas anécdotas han sido protagonizadas por nuestros vecinos estadounidenses, campeones mundiales de la ignorancia y de la ausencia de la más mínima pizca de cultura general. De nada sirve tenerlos a un lado. Sus conocimientos sobre México son menores que los de un niño de Camerún. Después de todo, conozco gente que habita en San Diego y nunca, ni por curiosidad, se ha dado un rol por Tijuana pues lo considera en extremo peligroso y cochino.

Para el gringo promedio México es una ficción pintoresca, chistosa, bronca, grotesca y surrealista amalgamada dentro de ese gigantesco mural de feria de mal gusto pintado con colores chillantes que llaman Latinoamérica en donde da lo mismo México, Cuba, Argentina, Brasil o España (Is not part of the same shit?) Los Tres Chiflados llevados a la geografía política. El mexicano es visto como una suerte de eterno mariachi que no deja de tocar, pero que al mismo tiempo lleva traje y capa de torero, con cananas de revolucionario, arcabuces del Siglo XVIII al cinto, un calendario azteca en el pecho y que tiene una mujer cuya indumentaria no se define entre un rojo vestido de flamenca y un huipil de Frida, que no por ello está peleado con llevar frutas en la cabeza como reina de Carnaval de Río. Y México es un sitio exótico donde se bebe harto tequila y se monta a caballo y se matan toros, pero al mismo tiempo se baila samba, ritmo que para nada está peleado con el tango (tango- mango- sounds so funny) ni con el flamenco, aunque al final todo quede reducido a una rola de Ricky Martin o de Jennifer López que cantan La Bamba en inglés mientras Salma Hayek vestida de Frida come burritos de Taco Bell y bebe margaritas y su latin lover, que esAntonio Banderas, que es Zapata y Che Guevara al mismo tiempo, dispara dos pistolas al tiempo que baila mambo y torea un burel mientras a su lado Carlos Santana canta Oye como va con un penacho azteca e imágenes de la Virgen y al final se van juntos cabalgando borrachos sobre un burrito que se pierde entre los cactus y las casas blancas con techo de teja.

Pero ¿para qué nos damos golpes de pecho los mexicanos cuando nos ignoran? ¿Creemos que todos están obligados a saber sobre nuestro país? ¿A poco nosotros somos muy cultos? Es lógico que en muchos lugares del mundo lo poco que se sabe de México se lo deban a nuestro sacrosanto embajador universal Hollywood O a ver ¿Díganme ustedes tres diferencias culturales sustanciales entre Letonia y Lituania? Entonces, no veo por qué un lituano tenga por qué saber las diferencias entre México y Puerto Rico.
¿Saben ustedes qué idioma se habla en Sri Lanka? ¿Tienen idea de forma de gobierno tienen en Nepal? ¿Me pueden decir cuál es la tercera ciudad más importante de Nigeria?
Carajo, hay gente en México cuya visión de India es la de una selva de ermitaños védicos que danzan con serpientes arriba de un elefante mientras los tigres intentan devorarlos y se sorprenden cuando saben que en India se producen al año muchas más películas que en México y que ellos tienen bomba atómica. Conste que es nomás un ejemplo.
He conocido gente que imagina a Finlandia como un atajo de esquimales (llamarlos lapones sería demasiada cultura general) pastoreando venados (llamarlos renos es mucho conocimiento zoológico) entre la nieve y resulta que Helsinki es una ciudad mucho más moderna y funcional que México.

Entre las nacionalidades de mayor cultura general que he conocido, están en primer lugar los argentinos y en segundo los españoles. Jamás los agarras mal parados y jamás te hacen una pregunta idiota sobre México. Los mexicanos estamos muy por arriba de un gringo promedio, pero eso no es ningún consuelo, pues los gringos son unos consumados idiotas (vean nomás el presidente que tienen). Pero en general los conocimientos geopolíticos de un mexicano son bastante bajos, así que no debe ofendernos que lo más que conozcan sobre nosotros, gracias al otro gran embajador universal que es el Dios Futbol, sean las marometas de Hugo Sánchez y los trajes de piñata de Jorge Campos.

Geografía mexicana según los chilangos

Pero no nada más los gringos viven en babia. Los conocimientos geo-políticos de nuestros hermanos chilangos no son precisamente los de un Alejandro Von Humboldt.
Cuando llegué a vivir a la Ciudad de México en 1988 topé de frente con la sacramental ignorancia de miles de chilangos para quienes fuera del DF todo es Cuautitlán y cuyo único acercamiento a lo que llaman discriminatoriamente provincia, es la primaveral Cuernavaca o el infaltable Acapulco de sus reventones.
El Norte y la Frontera son para ellos algo así como una ficción amorfa y omnipresente pues en medio de la inmensidad de ese provinciano desierto infinito, rico en buitres y nopales en donde lo mismo encasillan a Durango que a Tamaulipas o Baja California, los chilangos tienden a creer que todo está muy cerca como en el Bajío y que todos nos conocemos.
Aclaro que durante los felices cuatro años que viví en México DF hice grandes amigos y conocí a personas que están entre las más cultas y preparadas que he tratado en mi vida, con demasiados viajes para narrar en su anecdotario. En México DF uno se puede encontrar absolutamente de todo y por fortuna yo conocí gente muy valiosa. Desgraciadamente también me encontré con muchísima gente, la mayoría ilustres compañeros burguesoides del Albatros, cuyos conocimientos de geografía mexicana acababan en Polanco.
Me llegué a topar con gente que hacía afirmaciones como esta (les juro que no es broma)

(Favor de imaginar un odioso acento chilango propio de habitante de Tecamachalco o La Herradura): ¿Eres de Monterrey? Ah, órale, que chido, yo tengo un primo que vive ahí en Monterrey, se llama Juan ¿No lo conoces? Ah, bueno, yo creo que lo has de conocer, porque a mí me han dicho que allá salen todos los domingos a la plaza después de ir a la Iglesia y todos se conocen ¿O no? Aunque, bueno, ahora que me acuerdo mi primo no vive exactamente en Monterrey, pero vive en el pueblo de ahí a lado, en Hermosillo, que está bien cerquita, yo creo que sí lo has de conocer a Juan.

También me topé con gente que me preguntaba si en Monterrey teníamos delegado como en Coyoacán o regente y si era verdad que los pelitos se dirimían a balazos entre sombrerudos empistolados.

Pero no se preocupen. También en Monterrey tengo amigos que piensan que Tijuana es un pueblo en medio del desierto (muy lejos del mar) con 45 grados de temperatura promedio, con una calle polvorienta atiborrada de cantinas y prostíbulos en donde los polleros y narcotraficantes se enfrentan como en el Oeste.
(Y bueno, digamos que nuestro promedio de muerto por día no ayuda mucho a eliminar esa percepción, pero al menos la Calle Coahuila está pavimentada)