Eterno Retorno

Tuesday, March 23, 2004

Los aniversarios son el pretexto favorito del oportunismo. Un año, cinco años, diez años son los más cacareados, los que requieren más verborrea, vestidura rasgada, interpretaciones teorreicas y secretos revelados. Si cumples 8 años, 4 años, pues nada más el homenajito chafo de siempre, cada vez más desangelado, un discurso patético, una ofrenda con flores marchitas y todos pa su casa. Pero si cumples 10, pues no es cualquier cosa: Los guajolotes se deben hacer oír. Para mí el 23 de marzo es el cumpleaños de mi tío y padrino José Manuel y como tal lo celebro. Lo demás son palabras y páginas que se lleva el viento.
En los escaparates de las librerías presumen un nuevo libro de Aguilar Camín sobre el caso Colosio. Honestamente ¿Quién carajos necesita un nuevo libro sobre el caso Colosio? ¿Tú lo necesitas? ¿Lo requiero yo acaso? ¿Me interesa? ¿Me dirá algo que nunca he oído? Nada más patético que un libro sobre el caso Colosio. He ahí una de las formas más elaboradas del tedio. ¿Cuánta gente se colgó de la ubre de Lomas Taurinas? ¿Cuántos poseedores de verdades periodísticas, místicas y alucinadas han mamado del tema? Aguilar Camín, háganme el favor, el intelectual que mamó de la calva de Salinas (¿qué es Morir en el Golfo sino una novela por encargo para descalificar a La Quina?) ¿Qué credibilidad puede tener ese tipo? Tal parece que él y su esposa Ángeles se han propuesto inundar todos los Sanborns de basura editorial.
Y si me pongo a hacer la lista no acabo. ¿Cuántos libros hay del caso Colosio? He perdido la cuenta y estoy seguro que muchos yacen ahí, arrumbados en el sótano del mal negocio de las editoriales oportunistas. El único libro que recuerdo que me ha gustado y eso porque logró hacerme reír, es El asesino solitario de Elmer Mendoza. Aunque tiene muchos elementos de película chafa de los Almada, es un libro que al menos te hacer carcajear en ciertos pasajes y no pretende recertarte verdades absolutas. Es literatura pues, no periodismo y a los periodistas nos ha faltado sagacidad e imaginación en este caso. Igual ha pasado con Kennedy y casi con cualquier magnicidio. A fuerza de mal periodismo, John Fitzgerald y Luis Donaldo ocupan hoy en día el trono de mi aburrimiento.
La verdad de las cosas, no necesitas que el muerto sea Juan Camaney para escribir una gran historia, ni que sea una chica bonita y popular como Angie para despertar el interés de un lector. Ahí está el caso la familia Clutter, simples y anónimos granjeros de Kansas que se inmortalizaron gracias a la pluma de un gran periodista y escritor: Truman Capote- ¿Alguien repararía en el homicidio de una familia de agricultores sin peso político, social o económico? Sin embargo, gracias a un clásico como A sangre fría, sabemos que en 1959, en un poblaco llamado Holcomb se cometió ese asesinato. Las víctimas no eran Colosio ni Kennedy y miren, eso es periodismo y eso es malicia literaria, no sobredosis de aburrimiento.

Por cierto, Carolina me regaló ayer Plegarias atendidas, una de las últimas y más fuertes novelas de Capote. Me gusta que Carol me regale libros y sobre todo cuando es un libro que no esperaba. Un libro sorpresa es un puñetazo a la rutina, un nuevo horizonte de de ensueño en la alta mar de la vida diaria. Gracias-