Eterno Retorno

Friday, March 19, 2004

Esta es mi cr?nica del concierto de Yngwie Malmsteen. En ella no narro que una ultradensa neblina en la madrugada agreg? toques m?sticos y tenebrosos a mi retorno. Tampoco escrib? que aunque usted no lo crea, s?lo beb? una cerveza Samuel Adams en todo el concierto. ?Por qu?? Porque el sistema gabacho de represi?n es una alima?a superyo?ca que se te mete al subconsciente y te recuerda a cada momento que si te paran con aliento alcoh?lico, ser?s enchorizado de la forma m?s vil y pagar?s un mult?n que exceder? mi salario y mi premio donado. Luego entonces, ni iba a disfrutar las birrias. Eso s?, extra?? horrores un copiloto. Y es que cuando manejas en el otro lado tienes que andar bien al tiro de las se?ales y los letreros de salida y luego si a eso le agregas ese nivel tan denso de neblina, la cosa se torna grave. De cualquier manera, con todo y la desvelada y la perdida, vali? la pena escuchar a Yngwie.


Por Daniel Salinas

Luego de escuchar m?s de dos horas de derroche l?rico a cargo de Yngwie Malmsteen, lo ?nico que se puede pensar es que la guitarra en sus manos en el equivalente a un Aleph s?nico en donde todos los tonos son posibles.
Desde las sinfon?as de Bach y Mozart, hasta la m?s furiosa distorsi?n rockera pasando por la inter-pretaci?n del Himno de Estados Unidos, se pueden escuchar en las lecciones impartidas por este guitarrista sueco, que se present? la noche del martes en el 4&B de San Diego.
Idolatrado por miles, que lo consideran un guitarrista que mueve las cuerdas con los dedos de los dioses y detestado por algunos, que lo juzgan un egocentrista obsesionado en mostrar los extremos de su virtuosismo con las m?s diversas piruetas, Malmsteen demostr? que es due?o de una t?cnica ?nica e inimitable.
Ya pasaba de las 22:00 y las m?s de 250 personas congregadas en el lugar comenzaban a impacien-tarse por la tardanza, cuando se apagaron las luces y en la oscuridad se escuch? un inconfundible so-lo de guitarra.
Las cortinas del escenario se abrieron y la banda de Yngwie Malmsteen apareci? ante los asistentes interpretando su himno de batalla ?Risig Force?.
De inmediato Mamsteen puso en evidencia que no escatimar?a en probar toda clase de suertes y desaf?os con la lira en la mano.
Con su renovada alineaci?n integrada por los suecos Patrik Johanson en la bater?a y Derek Sherinian en los teclados, el chicano Rudy Sarzo en el bajo y Dougie White en la voz, Malmsteen parece ir en busca de los sonidos m?s heavys de sus primeros a?os.
Eso s?, nadie ha dicho que mover los dedos de manera tan genial para hacer sonar una guitarra en formas imposibles, sea un buen ejercicio para bajar de peso, pues si bien es cierto que con los a?os Malmsteen parece tocar cada vez mejor, es un hecho que tambi?n pesa muchos m?s kilos y su imagen ya no es la de aquel esbelto joven que aparec?a en la contraportada de su primer disco.
Una vez caldeados los ?nimos con la c?lebre pieza de apertura, Malmsteen se dio a la tarea de atacar duro y macizo con su nuevo ?lbum, titulado ?Attack?, mismo que recupera el sonido cl?sico de sus primeros trabajos como ?Trilogy? y ?Marching Out?.
?Ship of Fools? y la emblem?tica ?Rise Up? continuaron el recorrido, antes de proceder al primer solo de guitarra de la noche con ?Trilogy Suite Opus?.
Menci?n aparte merece el asistente del sueco, que no descansa en todo el concierto, teniendo siem-pre listas al menos cinco diferentes guitarras, todas de color crema como es ya la costumbre de la casa, mismas que Yngwie alterna a cada momento, llegando a portar dos al mismo tiempo
Tambi?n merece un reconocimiento el cantante Dougie White que deb?a improvisar toda clase de discursos y chistes para entretener a la concurrencia en lo que su jefe, mani?tico perfeccionista del sonido y la afinaci?n, probaba las nuevas guitarras que usar?a.
Con la guitarra colocada en todas las posiciones posibles, de espaladas, bajo las piernas, con una sola mano, con un dedo, con la boca y pareciera que hasta con telepat?a pura, Malmsteen se regode? des-parramando sus virtudes.
El concierto se altern? entre los solos de Malmsteen y las melod?as interpretadas por la banda com-pleta, muchas de ellas de su nueva producci?n.
Un momento emotivo fue la interpretaci?n del cl?sico ?Dreaming?, ?Baroque&Roll? y ?Air? a la que sigui? In the ?Name of God? y ?Razor Eater?.
Punto culminante fue la largu?sima ejecuci?n del cl?sico de ?Trilogy? ?You Don?t Remember, I Ne-ver Forget?, misma que fue ligada de manera magistral con ?Demons Eye? de Deep Purple, evidente tributo a Ritchie Blackmoore, uno de los reconocidos gu?as espirituales de Malmsteen, al que tam-bi?n evocar?a con la ejecuci?n del inconfundible riff purpuliano de ?Smoke on The Water?.
Pero si de tributos se trataba, Yngwie tambi?n invoc? al esp?ritu de Jimi Hendrix cuando ejecut? el himno de los Estados Unidos tal como lo hiciera el autor de ?Purple Haze? en Woodstock.
Un primer cierre emblem?tico fue dado con ?Valhalla? ejecutada casi a la media noche, pero los asis-tentes a?n quer?an m?s y Malmsteen todav?a les dio gusto con largos minutos de guitarreo.
La madrugada sandieguina estaba cubierta de niebla, las calles estaban desiertas y afuera del local, un pordiosero pegaba los o?dos a las paredes para alcanzar a percibir el sonar de una m?gica guitarra que romp?a la oscuridad.