El supremo ha caído. No es un rumor, es un hecho. El hombre que controlaba los destinos de cientos de profesionales, que deshizo carreras por simples rencores caprichosos y encumbró otras en pago a la absoluta sumisión que le demostraron, ha terminado su mandato de forma repentina. En un principio no quise creer las leyendas negras que de él se contaban, pero poco a poco me fui dando cuenta que el retrato más cruel era absolutamente real. Un estilo de adoración plena al capitalismo y sus más salvajes reglas, de entronización absoluta de la jerarquía con abismales diferencias salaria-les y de privilegios, de encuestocracia dogmática, de minimización total del empleado y nulo humanismo y retroalimentación moral.
No, no soy desagradecido; no olvido lo que en su momento hizo por mí y aunque soy absolutamente contrario a su estilo de concebir la vida y el trabajo, debo aceptar que en lo personal no tengo algo que reprocharle y sí algo que agradecerle, pero honestamente, pienso que su estilo de ejercer el poder era lo que llevaba a este barco hacia el naufragio y sinceramente tengo el presentimiento de que vendrán tiempos mejores-
No, no soy desagradecido; no olvido lo que en su momento hizo por mí y aunque soy absolutamente contrario a su estilo de concebir la vida y el trabajo, debo aceptar que en lo personal no tengo algo que reprocharle y sí algo que agradecerle, pero honestamente, pienso que su estilo de ejercer el poder era lo que llevaba a este barco hacia el naufragio y sinceramente tengo el presentimiento de que vendrán tiempos mejores-