8:14 de la mañana. Solo en la redacción escuchando Motörhead, tratando de hacer olvidar a mi caótica cabeza que no pude conciliar un solo minuto de sueño anoche. “Killed By Death” canta el buen se-ñor Lemmy Kilmister. En mi cabeza están pasando chingaderas y cuando empiezo a acumular tal cantidad de demonios, ¡Cuidado¡. Me empiezo a convertir en un volcán, un pene atiborrado de semen que quiere explotar, una pistola cargada con seis tiros. Sí, se están acumulando demasiadas dosis de Infierno en mi interior. Algo va a suceder. Dicho en términos coloquiales, estoy encabronado, con un proceso muy denso de autocuestionamiento y oscilado de la espontánea alegría a la más absoluta melancolía, el coraje, la furia acumulada, las ganas de insultar, escupir, tirar chingazos y largarme de una buena vez por todas a la chingada. ¿Trastorno bipolar? Que los psiquiatras se encraguen de definir, mientras yo cargo mi demencia a cuestas. En fin, nada hay peor para un cuerpo y una cabeza que acumular varias toneladas de coraje y yo tengo muchas. Se que cuando paso por es te tipo de procesos suelo tomar decisiones precipitadas, mi ira explota de repente, sin avisar, sin decir agua va y en cuestión de segundos saco todo y lo echo por la borda. Sólo espero tener la cabeza lo suficientemente fría y rogar que nadie me toque los huevos, pues hace falta poco, muy poquito para que pronunciar un me largo a la chingada-
Monday, March 08, 2004
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