El Cerro de las Mitras, que ahora mismo observo desde esta ventana, ha sido condenado a mantenerse en una suerte de segunda división de la orografía regiomontana. Tal vez por no tener la estètica tan característica de su petulante primo sureño llamado de la Silla, las Mitras apenas es conocido fuera de Monterrey e incluso hay habitantes de esta ciudad que no saben exactamente como se llama. Jamás podrà siquiera atreverse a soñar con ser considerado un monumento nacional como ya lo es la Silla y de hecho jamás he podido descubrir en èl la forma de mitra arzobispal que se le atribuye. Pero los cerros no ocupan títulos nobiliarios y eclesiásticos ni mucho menos ser considerados monumentos nacionales para ganarse mi aprecio. Y yo quiero al Cerro de las Mitras.
Saturday, December 27, 2003
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