Eterno Retorno

Tuesday, October 07, 2003

I see a red door and i want to paint in black. No colours anymore i want them to turn black
I see a line of cars and they are painted black they pass me bay with one who s never coming back
I look inside my self and see my heart is black— Esta es la canción de los Rolling que más le gusta a Carol (y a mi también) La verdad es que Satisfaction está muy choteada-


Muere al suicidarse- No imagino un suicidio sin muerte, de hecho no existe un idio que no otorgue un pasaporte al cementerio, ¿O imaginan ustedes que haya un homicidio sin víctima?
Luego entonces es imposible suicidarse y no morir. Pero por estos rumbos hay alguien a quien le gusta aclarar las cosas para que no queden dudas. Se suicido y aparte se murió. No vaya usted por favor a creer que quedó vivo. El pobre Alberto Durán Martínez, mozalbete de apenas 20 años, decidió amarrarse una soga y colgar su humanidad de una viga. Respetable decisión. Como bien dijo Eskorbuto, prefiero morir como un cobarde, que morir cobardemente y yo siento un gran respeto por todos los suicidas a quines jamás acusaré de cobardía. Lo que no imaginó José Alberto, es que la noticia de su muerte, que se redujo a tres párrafos, iba a ser cabeceada de esa estupida forma.



Ya que hablamos de suicidas muertos, siempre he soñado con la existencia de una suerte de Biblia antimotivacional tan efectiva, que arrastre a las masas a un suicidio colectivo-
Algo así como un anti libro de Miguel Ángel Cornejo con tal poder de persuasión, que al final de leerlo quedes con la firme idea de que la vida es un pedazo de mierda con el que tienes que acabar cuanto antes.
Es de esos proyectos que siempre he soñado pero nunca pongo en práctica. Sería una especie de novela y se llamaría La Iglesia de la Eutanasia.
¿Se imaginan? Una masa humana se transforma de repente en esos simpáticos roedores árticos llamados lemings y empiezan a arrojarse al mar. Para ser bella, la humanidad debería tener un espíritu más suicida. Desgraciadamente tiene un espíritu parasitario.


Sobre el boicot a Cercas

Vuelvo a esa máxima de Voltaire que tanto me gusta: Podré estar totalmente en contra de lo que piensas, pero defenderé hasta la muerte el derecho que tienes de expresarlo. Por ello jamás he convocado al boicot de un autor o la quema de un libro. Para ello estaban los inquisidores españoles o los fundamentalistas islámicos. Hay ciertos libros, (demasiados libros en realidad) que me generan un honestísimo asco, pero nunca convocaría a un boicot en su contra. Cada quién tiene el derecho de expresarse, aunque su expresión sea diarrea pura. Es por ello que no comparto para nada el boicot al que nos convoca Selene En Granada (www.engranada.blogspot.com) en contra de Soldados de Salamina de Javier Cercas. Al tachar a un autor de fascista (acusación que por cierto no comparto) de-muestra una intolerancia y una cerrazón propia de la falange.
Hace unos meses Cercas vino a Tijuana y los culturozos lo promovieron como el evento literario del año. Ello motivo el que yo desconfiara inmediatamente de su libro, como suelo hacer de toda obra que recibe demasiada promoción. Por supuesto, no acudí a la presentación (ya he dicho hasta la saciedad que las presentaciones y las lecturas me parecen eventos aburridos dignos de gente aburrida y que la lectura honesta es un acto solitario) Sin embargo, pese a que he leído y oído demasiadas historias de la Guerra Civil, caí en una morbosa tentación y compré el libro y de hecho lo acabé reseñando en Pasos de Gutenberg: A menudo suelo desconfiar de aquellos libros que presumen cientos de miles de ejemplares vendidos. De inmediato imagino que en sus páginas hay dosis elevadísimas de melcocha comercial o cierta vibra hollywoodense.
La última gran decepción de esta naturaleza, me la lleve con “La reina del Sur” de Arturo Pérez Reverte y para ser honesto, luego de ese error me sentí vacunado contra las luminarias editoriales...
La gran leyenda que gira en torno de Sánchez Mazas, es el hecho de haber sobrevivido a un fusilamiento masivo ejecutado por milicianos antifascistas en los últimos días de la Guerra Civil en 1939.
En torno a este hecho, elevado a la categoría de mito con el pasar de los años, Cercas comienza una indagatoria sobre este personaje que lo lleva a entrevistarse con todas aquellas personas que de una u otra forma estuvieron relacionados con la aventura del falangista.
Y es tan ameno Cercas para narrar, que sin darme cuenta, ya había leído 74 páginas en los que la trama era la elaboración de la novela misma, una tradición que emerge desde el Quijote. No hay que olvidar que en la Segunda Parte de la obra, Miguel de Cervantes dedica muchas páginas a crear ficción en torno a la escritura misma del Quijote. Javier Marías experimentó algo similar en “Negra espalda del tiempo” y ahora Cercas apuesta por la fórmula con buenos resultados es explotada en España. (me cito textualmente en Pasos de Gutenberg del 13 de julio de 2003)
No creo que se pueda acusar a Cercas de profesar el fascismo solo porque escribe sobre un fascista. Muchas veces en mi infancia escuché de voz de mi abuela las horribles historias de la Guerra Civil y la realidad es que tanto falangistas como republicanos incurrieron en crueldades despiadadas (sería muy fanático e irresponsable decir que unos fueron buenos y otros malos)
Por lo demás, me da risa ver como los españoles abominan del franquismo que soportaron estoica-mente durante 36 largos años. Pues que yo sepa a Franco no lo derrumbó una revolución, ni lo mataron, ni lo exiliaron. Se murió de viejito en 1975, luego de darse el lujo de mantener a los españoles en unas tinieblas y un atraso casi feudal contra el que nadie chistó. Los intelectuales vinieron a México y los demás soportaron calladitos y muy contentos el régimen del que ahora abominan. (Lo mismo se aplica por estos terruños a todos los que hoy hacen leña del árbol caído del priismo y celebran el triunfo foxista como si hubiera caído un régimen. Pobres ilusos, el foxismo está condenado a ser un mal sueño guajiro de seis años y el tricolor volverá a gobernar en 2006, quieran o no)


La Ciruela Eléctrica ha decaído terriblemente. Cada vez es más difícil encontrar un disco que valga la pena. Creo que debo dejar de ir a visitarlos tan seguido.


No entiendo el beisbol, ni siquiera se como diablos se juega. Me aburre soberanamente ese juego y no entiendo las pasiones que desata en los estados del Pacífico Norte. No se si pueda afirmar que no entiendo el boxeo pues no veo que haya ciencia en entender a dos gueyes que se surten a chingazos, pero me aburre igualmente. No me laten ni el box ni el beis. La cultura deportiva es en lo único que me ha costado adaptarme a Tijuana. Por lo demás yo adoro esta ciudad.
En cuestión de deportes mi corazón es todo entero para el único y verdadero juego universal y me ofende de sobremanera que en un bar haya un juego de beis en la pantalla al mismo tiempo que uno de futbol. Ya he dicho en muchas ocasiones que prefiero acudir a un juego de futbol de la Tercera División de un país de Centroamérica que a la Serie Mundial del beisbol, que de mundial no tiene nada, pues solo se juega en ese pinche país de mierda que tenemos por vecino.