El ojo canino de la portada, que supongo pertenece a un pastor alemán, me transmite de inmediato el mensaje: Soy de pocos amigos. Las letras rojas me hacen pensar en páginas crudas: El Enrabiado. Se me antojó leer este libro de mi paisano Felipe Montes a quien conocí hace bastantes años, allá por 1992, cuando incursioné furtiva y fugazmente en el pestilente pantano de los talleres literarios y las lecturas. La novela, que se desarrolla en Monterrey se antoja. Como esos vinos que anticipas buenos nada más por ver su cuerpo en la copa. Ojalá no me equivoque. El enrabiado siembra de muerte las calles mientras un grupo de hombres armados intenta acorralarlo.
Wednesday, August 06, 2003
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